Un brazo robótico permite a un hombre paralítico sentir sus dedos de nuevo

Actualizado: lunes, 14 septiembre 2015 14:57

   MADRID, 14 Sep. (Portalgeek) -

   Un hombre paralítico de 28 de edad ha sido el sujeto de pruebas de un brazo robótico por el Gobierno de Estados Unidos, las cuales le ha permitido volver a sentir sus dedos una vez más.

   Las lesiones de médula espinal son irreversibles y, por desgracia, si alguien se queda paralítico por una de ellas, con la tecnología actual es imposible que vuelva a ser quien era y que disfrute de todas las funciones humanas que tenía hasta el momento. O eso era hasta ahora.

   Un equipo de investigación militar estadounidense (DARPA) ha creado una prótesis de un brazo que se controla a través de la actividad cerebral, lo que le da al sujeto que la lleva nuevas capacidades que, por su lesión, no puede experimentar de otra manera.

   El conejillo de indias en cuestión permanece de momento en el anonimato, pero se trata de un varón de 28 años de edad que sufrió un accidente hace más de una década. Gracias al brazo, ahora el hombre pasará a la historia por ser el primer paralítico capaz de sentir presión sobre sus dedos - o sobre los de la prótesis-.

   En unas declaraciones recogidas por The Telegraph en una conferencia realizada por el grupo de investigación este mismo mes, el director del programa de investigación militar del brazo DARPA ('Defense Advanced Research Project Agency', en inglés), Justin Sanchez, ha afirmado que han logrado completar el circuito de la prótesis "conectando el sentido del tacto de una mano mecánica directamente al cerebro. Este trabajo muestra el potencial de la perfecta restauración biotecnológica de una función casi-natural".

   De acuerdo con DARPA, el sujeto ha sido capaz de distinguir y afirmar sin fallo alguno si los dedos estaban recibiendo presión de algún tipo, además de definir claramente de cuál de ellos se trataba.

   El funcionamiento de la protésis es algo complejo. De forma lo más básica posible, se instalan dos pequeños chips en la zona del cortex: uno en el área motor del cerebro que se encarga de los movimientos del brazo y, el otro, en el área sensorial específica para captar sensaciones táctiles. Una vez están ambos colocados, el brazo robótico - que es el que tiene los sensores de presión en los dedos - se conecta por cables a los dos chips, de forma que el cerebro del sujeto puede enviarle información para controlar el aparato y recibir, con total claridad, las señales táctiles que éste le proporciona.

   Esta no es la primera prótesis que se crea de este tipo, sino que ya ha habido otra en Suiza que ha logrado que el sujeto pueda reconocer formas y saber si el tacto de aquello que está tocando es rugoso, suave o áspero, entre otros adjetivos. Aún así, este brazo robótico es el primero que, controlado por la mente, logra tal hazaña con un éxito contundente.

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