MADRID, 21 May. (EDIZIONES/Portaltic) -
Estados Unidos ha compartido su preocupación por los drones comerciales de fabricación china y los riesgos que plantean para la seguridad de los datos de las compañías del país.
La alerta ha sido emitida por el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, y hace referencia a los componentes que pueden incluir los drones comerciales fabricados en China, que "pueden compromete los datos y compartir la información con un servidor accesible más allá de la propia compañía", recoge la advertencia a la que ha tenido acceso CyberScoop.
Según se señala en la advertencia, "los fabricantes y los vendedores pueden desarrollar programas maliciosos o recopilar datos de los dispositivos UAS (sistemas aéreos no tripulados) sin su consentimiento".
Refiere, asimismo, preocupaciones sobre la posibilidad de que envíe datos sin encriptar que puedan ser interceptados, o que pueda la falta de seguridad pueda dar lugar a una brecha de seguridad de la red. Y recoge la obligatoriedad de los ciudadanos chinos de apoyar las actividades de inteligencia nacionales.
A nivel comercial, el mercado chino abarca el 80 por ciento del mercado de drones, según datos del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, un crecimiento que ha despertado las dudas en Estados Unidos y que ha llevado al Departamento de Seguridad Nacional a alertar a las empresas estadounidenses, especialmente a aquellas que trabajan con estructuras críticas, para que sean conscientes del riesgo.
Al mismo tiempo, les ha instado a que adquieran drones procedentes de fabricantes fiables y que desarrollen una estrategia de riesgos para saber cómo estos dispositivos interactúan con sus redes.
VETO A LAS EMPRESAS CHINAS
Huawei ha sido incluida en una lista negra de empresas que suponen una amenaza para la seguridad nacional, lo que impide a la compañía china poder acceder a servicios y productos estadounidenses, como informó la agencia Reuters.
Este veto ha supuesto el cese de los negocios de Huawei con empresas como Google, Microsoft o Intel, proveedores de 'software' y 'hardware', y cuyas repercusiones para los usuarios han llevado al Departamento de Comercio a reducir algunas restricciones al acceso a los servicios y productos que terminará el 19 de agosto, con el fin de dar soporte a sus usuarios, pero no para comprar productos de fabricación nacional.
En 2018, ZTE, también china, afrontó un paquete de sanciones aprobado por Estados Unidos, por el que registró unas pérdidas netas atribuidas de 923 millones de euros, y que le obligaron a cesar sus actividades globales en mayo del año pasado después de que el país norteamericano vetara a las empresas estadounidenses venderle componentes y chips durante siete años.
