MADRID, 24 Dic. (Portaltic) -
Los smartwatches podrían volverse contra sus propietarios y revelar sus contraseñas más sensibles, abriendo así una nueva veda para los hackers. La clave está en los sensores de los dispositivos, capaces de registrar los movimientos de los usuarios.
¿Cómo podrían tener esta capacidad los wearables? A través de un sistema llamado Deep-Spying, desarrollado por un estudiante de máster de la Universidad de Copenhague, Tony Beltramelli, para su proyecto fin de carrera.
Este programa registra los datos obtenidos de los sensores de movimiento de un smartwatch -giroscopios, acelerómetros- mientras un usuario está escribiendo en un teclado estándar. A partir de esa información, el dispositivo es capaz de adivinar las contraseñas introducidas casi en tiempo real.
El wearable ha aprendido la posición de las teclas y los movimientos de los brazos a través de un proceso de Deep Learning y, aunque su sistema aún se encuentra en las primeras fases de desarrollo, con el tiempo podrían lograrse mecanismos más precisos y eficientes.
En el siguiente vídeo se muestra cómo funciona este sistema en un Sony SmartWatch 3.
Combinado con un smartphone, un smartwatch tiene todavía más potencial para revelar más datos relativos a las acciones del usuario y su actividad. "Un smartwatch está diseñado para usarse, potencialmente, durante un período prolongado, convirtiéndose en un objetivo de los ataques de los ciberdelincuentes", asegura Beltramelli en su tesis.
El objetivo de su diseño es demostrar cómo las oportunidades que ofrecen estos dispositivos se podrían utilizar para revelar información sensible y, por tanto, concienciar sobre estos potenciales ataques para así implementar mayores medidas de seguridad.