Los rayos provocaron grandes incendios que quemaron el 42% de la superficie total aunque casi el 26% de los fuegos fueron intencionados
MADRID, 7 Sep. (EUROPA PRESS) -
El año 2022 fue "especialmente aciago" en materia de incendios forestales tanto por su número como por su importancia, que derivaron en un 7 por ciento más de "sensible incremento" en el número detenidos o investigados por este delito que el año anterior, según refleja la Fiscalía Especial de Medio Ambiente y Urbanismo en la Memoria Anual que presenta este jueves el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, con motivo de la apertura del año judicial.
En su informe anual, como resultado de la intervención policial en los incendios ocurridos en 2022 fueron detenidas o investigadas 482 personas, un "sensible incremento" en torno al 7 por ciento respecto a las 450 del año anterior. Sin embargo, la Fiscalía reconoce que este incremento va "en consonancia" con el aumento en el número de siniestros, que pasó de 8.839 a 10.503 de un año a otro. La Fiscalía ha comprobado "a lo largo de los años" que el número de personas cada año es un indicador "fiable" de la siniestralidad habida durante el mismo.
El documento recoge que los rayos estuvieron detrás de buena parte de los grandes incendios forestales (de más de 500 hectáreas) contabilizados durante 2022 aunque la mayoría de los siniestros se debió "nuevamente" a las negligencias y los accidentes. En concreto, la Memoria concluye que en 2022, el 63,50 por ciento de los fuegos se debió a negligencias frente a un 25,50 por ciento que fueron intencionados.
Si se tiene en cuenta los datos de los últimos cinco años, la media de 2018 a 2022 refleja que casi el 71 por ciento (70,97%) se deben a negligencias frente al 26 por ciento (25,80%) por ciento fueron intencionados.
Sin embargo, en cuanto a las causas detrás de estos incendios, la Memoria anual reconoce las especiales circunstancias meteorológicas desde el inicio del año, tanto como para que el 21 de marzo de 2022, el Fiscal de Sala de Medio Ambiente y Urbanismo, Antonio Vercher, dictara un decreto en el que recordaba la "previsión legal de los planes de prevención de incendios forestales y recababa el auxilio de los y las fiscales especialistas en la vigilancia sobre la existencia de los mismos, ya se habían declarado tres grandes incendios que superaban las 500 hectáreas".
Si bien la Fiscalía admite que la previsión meteorologica motivó que la campaña de incendios se adelantara al 10 de mayo por la falta de precipitaciones y las altas temperaturas con una temprana ola de calor, también destaca que ya había puntos de alto riesgo por "importantes acumulaciones de restos vegetales en zonas de monte con presencia de combustible denso y continuo que por sus características podrían favorecer su propagación".
Así, en uno de "los peores años" en incendios, la superficie forestal casi triplicó en 2022 la media de los últimos 10 años y ello a pesar de que el número de siniestros, 10.616, se mantuvo en torno a la media e incluso ligeramente inferior, ya que se contabilizaron 10.503.
LA CHISPA DEL RAYO QUE ENCIENDE GRANDES INCENDIOS
Entre las causas, el informe de la Fiscalía destaca los grandes incendios forestales (de más de 500 hectáreas) que se originaron por rayos y se refiere en concreto al de la Sierra de la Culebra/Riofrío de Aliste con 24.073,86 hectáreas y el de Losacio con 26.181,96 hectáreas, ambos en Zamora; el de las Hurdes (Cáceres) de 10.438,58 hectáreas; el de Carballeda de Valdeorras (Orense) de 12.846,26 hectáreas; el de Pobra do Brollón/Folgoso do Courel (Lugo) de 12.768,20 hectáreas; el de Vall d'Ebo (Alicante) con 10.609,05 hectáreas y Bejis (Castellón) con 16.944,63 hectáreas. Todos ellos suman 113.623,53 hectáreas, por lo que el 42,5 por de la superficie forestal quemada en 2022 se originó con un rayo.
En todo caso, "como es habitual" más de dos tercios fueron conatos, de menos de una hectárea o carecieron de "interés potencial".
