AIN envió 11 millones de euros a los refugiados en 2015 y pide más apoyo

Religiosa en Siria, Guadalupe Rodrigo
EUROPA PRESS
Actualizado: jueves, 10 diciembre 2015 13:52

MADRID, 10 Dic. (EUROPA PRESS) -

La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) ha lanzado su campaña de Navidad de este año con la que pide la colaboración de los españoles para apoyar a los millones de refugiados que han tenido que abandonar sus casas. En 2015, AIN envió 11,6 millones de euros a los refugiados y desplazados.

Según datos de ACNUR, cerca de 60 millones de personas tuvieron que huir de su hogar en 2015 y de ellos la mitad son niños. Además, 42.500 personas se ven obligados a abandonar su casa cada día.

AIN apunta que en Europa se ha empezado a visualizar hace poco esta emergencia humanitaria cuando los refugiados han "aporreado" las puertas del continente. Sin embargo, advierte de que esto "es solo la punta del iceberg" pues por cada refugiado que llega al continente europeo, hay 100 desplazados que se han quedado en sus países de origen.

Ante esta situación y fieles a los orígenes de AIN --que surgió en 1947 de la mano del padre Werenfriend van Straaten, conocido como 'el padre tocino', para atender a los refugiados alemanes tras la II Guerra Mundial--, la fundación pontificia quiere centrar este año su campaña navideña en estas personas.

La ayuda a refugiados y desplazados canalizada por AIN se ha multiplicado por 18 en los últimos diez años, pasando de 600.000 en 2005 a 11 millones de euros en 2015. Asimismo, entre 2014 y 2015 estas contribuciones han aumentado en 4 millones de euros.

La guerra de Siria ha sido la que mayor número de desplazados internos ha provocado en todo el mundo, 7,6 millones, a los que se suman cerca de 4 millones de refugiados. Y el Líbano es el que está acogiendo a un mayor número de ellos pues en esta población limítrofe con Siria, que se convierte en la vía de "escape", uno de cada tres habitantes es refugiado.

En este contexto, la Iglesia católica, presente en estos países, ayuda a las familias que han perdido sus hogares. Así lo hace la hermana Guadalupe Rodrigo, que lleva cuatro años en Siria, en medio de la guerra, donde ha acabado acostumbrándose a dormir escuchando bombardeos y tiroteos. "No recuerdo un solo día tranquilo", asegura.

La religiosa, una argentina de 42 años que lleva 18 como misionera en Oriente Medio, trabaja en las actividades de la pastoral de la Catedral latina del Niño Jesús en Alepo, además de atender una residencia de jóvenes universitarias. Todavía recuerda que cuando llegó a Siria era "un país próspero, con bienestar económico" y donde reinaba "una buena convivencia entre cristianos y musulmanes". Pero, según cuenta, "todo se quebró con la guerra".

"En Alepo, cuando se acercaron a la ciudad, empezaron a tomar los barrios de la periferia. El primero lo ocuparon un Viernes Santo. Avisaron desde la Mezquita: 'Hemos tomado el barrio, tienen dos horas para dejarlo'. Y a las 3,00 horas, la gente salió corriendo, con lo puesto. Pasadas las dos horas, entraban en las casas y decapitaban al que quedara si no quería convertirse al Islam", relata.

EN SIRIA SUCEDE UN PARÍS TODOS LOS DÍAS

La religiosa cuenta que los cristianos huyen de barrio en barrio y duermen donde pueden, hasta el punto de que la ciudad universitaria se ha convertido en un refugio improvisado por las noches. Todo esto ocurre en una ciudad en la que la gente sale a comprar el pan o los niños cruzan la puerta de su casa para ir al colegio y se despiden de sus familiares porque no saben si volverán porque los tiroteos y bombardeos son constantes.

"Lo que ocurrió en París hay que condenarlo pero ¿qué pasa con nuestros cristianos de Medio Oriente? Lo que sucedió en París sucede todos los días en Siria", avisa, al tiempo que pide ayuda para que los refugiados y desplazados puedan volver a sus casas que, según afirma, es donde quieren vivir.

En cuanto a una posible intervención militar, advierte de que hay otras medidas que se pueden tomar antes como frenar la venta ilegal de armas que llegan a manos de los fundamentalistas. En este sentido, apela a la responsabilidad de Occidente y rechaza las "intervenciones externas unilaterales". A su juicio, los países deberían unirse desde la ONU para combatir al DAESH y al mismo tiempo aliarse con el Ejército Nacional de Siria, como ha hecho Rusia, cuyo apoyo ha definido como "eficaz".

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