Antonio Garrigues: "Europa tiene que entender que el fenómeno migratorio no se puede paralizar"

MADRID, 5 Nov. (EUROPA PRESS) -

El abogado español y presidente de la Fundación Garrigues, Antonio Garrigues, ha advertido este jueves de que "Europa tiene que entender que el fenómeno migratorio no es algo que se pueda paralizar" y de que, de no aplicar políticas comunes, se producirá un crecimiento de los movimientos xenófobos.

"En esta Europa envejecida, un tanto insolidaria, el llegar a políticas comunes le cuesta en todo --ha lamentado--. Hasta que llega una política común europea pasan cantidad de años, pero en este tema hay que hacerlo. O empezamos a aceptar políticas, queramos o no queramos esto va a generar problemas xenófobos sea como sea. Si el ciudadano europeo nota que es un proceso descontrolado se va a producir un movimiento de rechazo".

En este sentido, se ha mostrado convencido de que, dada la situación actual en Siria y en otros países, los refugiados "no tienen nada que perder" al emigrar a Europa y, por lo tanto, "si se les pone una valla de tres, cuatro, seis, nueve o doce metros la saltarán".

Garrigues ha presidido la presentación del XVII Congreso Católicos y Vida Pública, organizado por la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) y la Fundación Universitaria San Pablo CEU, que se celebrará los próximos días 13 a 15 de noviembre en Madrid. Junto al jurista han particioado el presidente de la Asociación Católica de Propagandistas y de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, Carlos Romero, y el director del Congreso, Rafael Ortega.

Durante su ponencia, el abogado ha asegurado que "el siglo XXI, el del homo economicus, será solidario o no será" pero ha incidido en que la atención a los refugiados "no es solo un problema de compasión" sino que ha de abordarse "con pragmatismo" para lograr no solamente la acogida sino la integración.

COHERENCIA Y SENSATEZ DE ANGELA MERKEL

En este sentido, ha elogiado el "ejemplo de coherencia" y de "lógica y sensatez" de Ángela Merkel en Alemania, quien ha encabezado la apertura de los países europeos a la acogida de refugiados, pese al rechazo de algunos países de la UE. "Claro que hay un límite, pero que tenemos que aceptar más no hay ninguna duda", ha incidido.

Toda la intervención de Garrigues ha estado marcada por un acento especial en el carácter "complejo" y "lleno de incertidumbre por todos los sitios" del tiempo actual, frente al cual, sin embargo, asegura que "no hay que mirarlo de forma temerosa".

LA ÉTICA, EL CAMINO SEGURO

En este sentido, ha elogiado la misión del congreso organizado por la Asociación Católica de Propagandistas al considerar que va a "hablar de lo que hay que hablar" y ha reivindicado la ética como aquello que "permanece" en todas las épocas más allá de todos los avances y cambios sociales, científicos, tecnológicos y en el ámbito de la comunicación.

"Hay un camino seguro, que es el camino ético. No hay otra salida --ha asegurado--. No hay que mitificar los cambios tecnológicos y científicos: la Humanidad ha vivido épocas de cambio como estas. Lo que no cambia es el ser humano y la ética: hay que hacer lo que hay que hacer y no hay que hacer lo que no hay que hacer y eso es la maravilla del ser humano."

Frente a esto, ha reivindicado el papel de la educación y, particularmente, de una educación que prepare a los jóvenes para enfrentar el actual contexto en el que "todo está cambiando y todo va a seguir cambiando".

"Una persona que no sienta la obligación de entender todos los cambios y aceptar y reconocer que esos cambios se están produciendo no está bien educado para el tiempo que estamos viviendo", ha advertido.

Además, ha hecho referencia al "problema real" de la desigualdad en el mundo, que se produce, a su juicio, debido a que en los periodos de recesión los únicos que ganan son "quienes tienen la información" y ha advertido de que, pese a "la persistencia puñetera de esta crisis" los economistas "ya están hablando de la próxima crisis".

Por otra parte, se ha mostrado convencido de que otro de los problemas de mayor urgencia para Europa es el envejecimiento de la natalidad, y ha augurado que "dentro de unas pocas décadas la esperanza de vida será de 120 años".

A su juicio, es un problema que "nadie quiere afrontar" por no saber solucionarlo. Sin embargo, se ha mostrado convencido de que la solución pasa por llevar a cabo los cambios legales y sociales necesarios para que las mujeres no tengan que renunciar a una vida plena para poder tener hijos.

EL PELIGRO DE LOS AVANCES

Asimismo, ha hecho hincapié en el reto que suponen los avances tecnológicos y científicos tanto desde el punto de vista del derecho como de la ética, y ha llamado la atención sobre el hecho de que hay "toda una serie de temas y derechos que están en juego".

De hecho, ha reivindicado que, sin rechazar la tecnología, hay que estar preparados para aceptar que "no hay nada en el mundo que solo tenga aspectos positivos" y reaccionar a los avances para "proteger la humanidad".

"Frente a los avances tenemos que tener algún tipo de mantenimiento de posturas, defendiendo la humanidad. Es un tema que tenemos que defender a ultranza. No podemos dejar que el ser humano sea amenazado, violado por los avances", ha urgido.