Figura: Desmoscolex (Desmoscolex) valkyria sp. Nov. A–B. Holotype, ♂ (ZMB 12961; ZMB). C–D. Paratype, ♂ (ZMB 12964; ZMB). - COMPLUTENSE
MADRID, 22 Sep. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del departamento de Biodiversidad, Ecología y Evolución de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Complutense (Madrid) han descubierto dos nuevas especies de nematodos en el cañón Cassidaigne, un cañón submarino del Mediterráneo: Desmoscolex nibelungus y Desmoscolex valkyria.
Se trata de la primera especie de meiofauna descrita en el cañón Cassidaigne. Con este hallazgo, publicado en la revista European Jounal of Taxonomy, el número de especies descritas de Desmoscolex asciende ahora a 106, con 47 presentes en entornos de aguas profundas y diez descritas en el mar Mediterráneo.
Sus nombres están sacos de la mitología germánica y nórdica, donde los los Nibelungos eran guardianes de un tesoro maldito forjado en un anillo de poder, mientras que las Valquirias eran guerreras al servicio del dios Odín, encargadas de elegir a los más valientes caídos en combate para llevarlos al Valhalla.
La Complutense ha explicado que los nematodos marinos son un grupo diverso de gusanos redondos microscópicos que habitan los océanos y mares. En total, se conocen 25.000 especies y son fundamentales en la cadena alimenticia marina y el reciclaje de nutrientes.
Estos gusanos pueden ser de vida libre, es decir, pueden alimentarse de bacterias y materia orgánica, o parásitos de otras criaturas marinas como los conocidos Anisakis. Muchos de los primeros forman parte de la meiofauna, diminutos invertebrados invisibles a simple vista que viven entre los granos de sedimento.
El género Desmocolex, al que pertenecen el Desmoscolex nibelungus y Desmoscolex valkyria, tienen cuerpos con formas "aberrantes". Su peculiaridad radica en sus glándulas especiales, que secretan una mucosidad pegajosa a la que se adhieren los granos de sedimento. De esta manera, su cuerpo queda recubierto por anillos que funcionan como una armadura natural.
"Aunque muy pequeños y menos épicos que los héroes de las leyendas, estos nematodos llevan sobre su cuerpo anillos de sedimento que evocan los relatos míticos. Habitantes de un oscuro y profundo cañón submarino, conectan lo invisible de la naturaleza con lo legendario. Una muestra de cómo la ciencia puede entrelazarse con el mito para dar vida a los secretos del mar", ha indicado la Complitense.