VALENCIA, 31 Ene. (EUROPA PRESS) -
Dos empresarios valencianos, preocupados por el problema de las heces de perro en la vía pública, han ideado una caja de cartón desmontable con un novedoso cierre que permite recoger los excrementos de los animales de una manera sencilla y depositarlos en el contenedor. Los inventores, sin embargo, quieren ir más allá y ya piensan en instalar contenedores especiales para reciclar el conjunto de la caja y el excremento y, de esta manera, generar biogás.
Con esta idea, que ha sido premiada por el Ayuntamiento de Valencia, los inventores quieren acabar con un "problema tan grande" que se ve en las ciudades españolas como es el de los excrementos de perro en calles y aceras, y evitar 'daños colaterales' de estas heces como resbalones o incluso enfermedades como la zoonosis, según indicaron a Europa Press TV.
Según afirman, en España hay entre cuatro y cinco millones de perros, el 70 por ciento de los cuáles hace sus deposiciones en la vía pública, lo que significa "unas 500 toneladas al día de excrementos en la calles de las ciudades de España".
Luis Alfonso Torrijo y José Jaime Arenas son dos empresarios que un buen día y "alertados por el problema tan grande que hay en cualquier ciudad de país civilizado con los excrementos de perro", decidieron idear un sistema "lo suficientemente económico, sencillo y eficaz" para recoger estos residuos, según explicó Torrijo a Europa Press Televisión. Tras dar con un nuevo sistema de recogida, decidieron crear la empresa Soluciones Urbanas Ambientales y comercializar su invento, que ya ha sido patentado.
Se trata de una caja de cartón que tiene un cierre que permite cerrarla y que no se salga su contenido. Así, Arenas indicó que su invento consiste en una caja automática "que se monta con un sólo movimiento" y que lleva una tira "que hace que la tapa se cierre totalmente y no se pueda abrir".
FÁCIL MONTAJE
La caja, que "no ocupa nada de espacio, se puede llevar fácilmente en el bolsillo de la camisa y cuesta escasamente dos segundos en montarla", tiene una solapa que se corta y con ella se empuja el excremento hacia su interior. Una vez dentro, el dueño del animal tira de una lengüeta, la caja se cierra, y esta tira hace de asa para depositar la caja en el contenedor más próximo.
En un principio, habrá que depositar la caja en los contenedores de residuos orgánicos, si bien la idea de estos inventores es colocar recipientes específicos para el reciclaje de estos residuos y su posterior conversión en energía, gas o compost.
En este sentido, Arenas comentó que en Internet han leído que la ciudad de San Francisco podría obtener el alumbrado público de las heces de los perros, y que esta idea de convertir excrementos en energía está avalada por varias universidades y expertos.
Al respecto, los dos inventores señalaron que es más sencillo y económico reciclar el conjunto de caja de cartón con excremento que el de plástico-- material de las bolsas que suelen emplearse para recoger estos residuos-- y hez. Además, Torrijo señaló que en la fabricación de la caja se ha empleado cartón reciclado y tintas sin materiales pesados "para luego tener un proceso de reciclabilidad para obtener energía o biogás".
EVITAR CAÍDAS Y ENFERMEDADES
Con un sistema de recogida de excrementos como éste se beneficia toda la sociedad, en cuestiones como limpieza de calles, evitar resbalones o caídas, o para prevenir enfermedades como la zoonosis, "que se transmite de animales a personas".
Además, incidieron, se puede generar energía y evitar sensaciones desagradables como tocar el excremento con las manos como ocurre al utilizar bolsas de plástico. "La conclusión es que con lo peor del mejor amigo del hombre podemos obtener un beneficio", indicó Torrijo.
El precio de este sistema, además, es barato, ya que "no debe superar los 15 ó 20 céntimos", con la particularidad de que estas cajas pueden incluir publicidad, señalaron los inventores, que han creado tres tamaños para excrementos de perro grande, mediano o pequeño. De momento, estos empresarios han lanzado 25.000 unidades de tamaño mediano de forma gratuita para darlas a conocer entre los usuarios que, según afirman, están "encantados" con la idea.
Este invento, denominado 'K-CaN-BoX', ha recibido uno de los premios Valencia Emprende del Ayuntamiento por la idea y por las características empresariales que conlleva. En este sentido, Arenas mostró el compromiso de la empresa por que el 25 por ciento de la producción la realicen personas discapacitadas.
Torrijo y Arenas decidieron idear este sistema después de leer en los medios numerosas quejas de ciudadanos sobre este problema. Ahora quieren concienciar a la ciudadanía, ya que es "muy pequeño" el porcentaje de personas que recoge estos residuos y habría que concienciarlas más.
Entre los dueños de perro la idea ha sido bien acogida. Este es el caso de Franca, quien comentó que hay mucha gente a la que "no le gusta" levantar los excrementos con las bolsas, aunque ahora hay que ver "dónde las compramos y si son económicas".
EXCREMENTOS POR TODOS SITIOS
Mejor acogida ha tenido entre aquellos que no tienen animales y sufren las aceras sucias. Así, Mercedes comentó que la ciudad "está fatal, horrible, de caquitas de perro" y que habría que obligar a los dueños de animales a "hacer un cursillo de educación cívica". Los excrementos, dijo, "se ven por todos sitios" y mientras los perros inundan los jardines, los niños no pueden jugar en ellos.
Para Amparo, el ver las aceras "llenas de caquitas" es "injusto" y "una guarrada". Pisar una de ellas, lamentó, puede provocar resbalones, si bien "dicen que trae suerte".