Lucetta Scaraffia (Osservatore Romano) afirma que hay religiosas que no denuncian por miedo a represalias
MADRID/ROMA, 6 (EUROPA PRESS)
La Conferencia de Religiosos de España (CONFER) ha asegurado que "oficialmente" no les ha llegado "ningún tipo de denuncia" por abusos a religiosas por parte de sacerdotes, aunque ofrecen su "apoyo" a las que los hayan sufrido y reconocen la necesidad de "actualizar" su protocolo para mejorar la respuesta ante estos casos.
"Oficialmente no ha llegado nada. No se ha presentado ningún tipo de denuncia", ha explicado el secretario general de CONFER, Jesús Miguel Zamora, en una entrevista concedida a Europa Press.
Precisamente, este martes 5 de febrero, el Papa Francisco reconoció en la rueda de prensa en el avión de regreso de Abu Dhabi, que dentro de la Iglesia ha habido y hay todavía hoy "sacerdotes y obispos" que han abusado sexualmente de religiosas y aseguró que están trabajando contra este "problema".
Desde la Conferencia de Religiosos de España aseguran que quieren "ayudar" a todos los religiosos y, en este caso concreto, "a aquellas religiosas que hayan padecido abusos". "Pueden contar con nuestro apoyo para ofrecer los cauces que sean los más efectivos y sanadores, y ponerlo en conocimiento de los responsables (superiores mayores, obispos, etcétera) de las instituciones a las que pertenecían los abusadores, de acuerdo al protocolo que CONFER tiene en vigor.
Además, Jesús Miguel Zamora ha añadido que se han dado cuenta de que "es necesaria una actualización de dicho protocolo" de cara a "recoger aquellos elementos que aseguren una mejor y más eficaz forma de actuar" ante los abusos a religiosas por parte del clero.
"PODER TOTAL SOBRE ELLAS"
Por su parte, la directora del suplemento 'Mujeres, Iglesia, Mundo' de L'Osservatore Romano, diario oficial de la Santa Sede, Lucetta Scaraffia, ha explicado en una entrevista con Europa Press que hay religiosas que no se atreven a denunciar por miedo a represalias.
"Las monjas abusadas temen que si denuncian el delito, su congregación o su orden venga a castigarlas. Las congregaciones de religiosas por lo general no tienen dinero y los sacerdotes son los que controlan la parte financiera, porque dependen de ellos para financiarse. Tienen un poder total sobre ellas", afirma.
En todo caso, apunta que cada vez son más religiosas en el mundo las que se sienten más seguras de sí mismas para denunciar este tipo de abusos. "El número es tal que es difícil ocultarlo", afirma Scaraffia aunque no se han publicado cifras oficiales de denuncias.
Sin embargo, la directora del suplemento 'Mujeres, Iglesia, Mundo' de L'Osservatore Romano, reconoce que aún son muchos los casos de violencia y abusos de miembros del clero hacia religiosas que son silenciados. Para Scaraffia la razón es que en muchas ocasiones estos abusos han sido "malinterpretados" como "una relación de libre elección por parte también de la mujer".
"Los abusos a menores son claramente un crimen más allá de cómo se haya dado. Están protegidos por la ley. Sin embargo, es más difícil que el testimonio de las mujeres sea considerado verdad", comenta. Además, señala que hay "muchas religiosas que han contado que han mandado denuncias a los superiores que viven en Roma, sin haber tenido nunca una respuesta".
En este sentido, apunta otro problema derivado de las violaciones a monjas: los embarazos. "Las mujeres tienen otra especificidad, los niños. Muchas religiosas abusadas se quedaron embarazadas y han sido obligadas a abortar por sacerdotes y obispos que se lo han pagado", asegura.
Esto fue denunciado, según precisa, por dos religiosas madres superioras en los años 90. "La Iglesia con estadísticas y pruebas no ha hecho nada. Ha dejado que esto cayera en la nada. Si estos abusos caen bajo el silencio, los abusadores se sienten seguros y continúan haciéndolo. Saben que su crimen queda impune", advierte.
Por ello, pide que se ponga en marcha un proceso de escucha a las víctimas religiosas parejo al que se ha dado con los casos de pedofilia. "Hay que restituir a las religiosas su dignidad. Creer en sus denuncias. Y cuando se da un abuso de poder, como suele ocurrir en estos casos, entender que no es una relación romántica o amorosa, sino una prepotencia violenta", puntualiza.
En este contexto, Scaraffia considera que debería convocarse en paralelo a la reunión de febrero con las conferencias episcopales, una cumbre global para prevenir y combatir los abusos a religiosas, aunque no se muestra muy esperanzada de que esto ocurra. "En la Iglesia no hablan nunca con voluntad de las mujeres. No están acostumbrados a verlas. Siempre fingen que no existen", lamenta.