Memoria.- La familia Galindo no descarta identificar los restos del maestro asesinado junto a Lorca

Actualizado: sábado, 17 octubre 2009 13:47

GRANADA, 17 Oct. (EUROPA PRESS) -

La familia del maestro republicano de Pulianas (Granada) Dióscoro Galindo, supuestamente enterrado en la misma fosa común que Federico García Lorca y los banderilleros Francisco Galadí y Joaquín Arcollas, no descarta identificar sus restos una vez haya comenzado la exhumación en Alfacar, que se prevé para la próxima semana.

En declaraciones a Europa Press, el bisnieto del maestro, Raúl Guindal, confió en que la Consejería de Justicia se ponga en contacto con su familia si el análisis antropológico de los huesos determina su identificación, teniendo en cuenta que la tarea sería sencilla, puesto que le faltaba una pierna.

La familia es contraria a la exhumación, y así lo hizo constar en la alegación presentada ante la Administración Autonómica, pero, puesto que las tareas son "inminentes", esperará a ver cómo se desarrollan los trabajos para adoptar una postura concreta. "Sacar los huesos y devolverlos al mismo lugar (puesto que el paraje ha sido declarado apto para el enterramiento) sería un poco chapucero", mantuvo Guindal.

Así, los Galindo esperan ser informados de todas las fases del proceso, que también confían en que no se convierta en un "circo mediático", propiciado en parte, según consideran porque la fosa en cuestión esconde los restos del poeta, autor de 'Yerma'.

En ese sentido, Raúl Guindal consideró "totalmente lógica" la posición de los sobrinos de García Lorca, que se han reservado el derecho a identificar sus restos para que, según entiende el bisnieto del maestro, "no sea la Junta la que decida dónde reposen sus huesos".

Las investigaciones previas a la exhumación del Instituto Andaluz de Geofísica, que trabajó en los terrenos con georradar entre los días 21 y 30 del pasado mes de septiembre, han revelado la existencia de seis zonas de interés para la excavación, que se encuentran a una profundidad de entre 0,60 y 1,80 metros.

En una primera fase, una carpa metálica, de 10 por 20 metros, se instalará en cuatro de estas zonas, las que se cree con más probabilidad que puedan tratarse de enterramientos clandestinos, y posteriormente la estructura se trasladará a los otros dos enclaves en los que se han detectado movimientos de tierra.

Todos los restos que sean hallados serán individualizados y, tras las tareas de identificación antropológica, a aquellos que hayan sido reclamados se les practicará otras pruebas científicas, como el análisis de su ADN.

Además, todos los integrantes de los equipos que intervendrán en la excavación y en la exhumación han firmado un compromiso de confidencialidad, medida a la que se une, además de la carpa --con una puerta de entrada con llave y techada--, la prohibición del uso de móviles u otros aparatos de grabación acústica o gráfica en la zona.