Monseñor Amigo Vallejo defiende la libertad de conciencia y recuerda que "ni sociedad ni Estado" pueden impedirlo

Actualizado: lunes, 15 mayo 2006 14:36

SEVILLA, 15 May. (EUROPA PRESS) -

El cardenal arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, defendió hoy "un tema tan importante y tan actual" como la libertad de conciencia y recordó que "ni la sociedad ni el Estado pueden obligar a una persona a actuar contra su conciencia, ni impedirle actuar conforme a ella".

En su alocución en la inauguración del XVII Simposio de Historia de la Iglesia que se celebra en el Real Alcázar de Sevilla y acompañado del Nuncio de Su Santidad el Papa en España, Manuel Montero, Amigo Vallejo aseveró por tanto que, "ante leyes injustas que colocan a la persona moralmente recta ante dramáticos problemas, cuando sean llamados a colaborar en acciones moralmente ilícitas, tiene la obligación de negarse". Por esta razón, subrayó que este rechazo, además de ser un deber moral, "es un derecho humano elemental que, precisamente por ser tal, la misma ley civil debe proteger".

Sobre el tema de debate del simposio, comparó la libertad de conciencia con la religiosa, derechos que a su juicio "no se otorgan, se reconocen" y todo ello a pesar de que "el poderoso pueda caer en la tentadora presunción de considerarse poco menos que señor y dueño de unos derechos que a otros pertenecen y querer ofrecerlos como favores y muestras de benevolencia y largueza".

Aludió a este respecto a las palabras de Benedicto XVI sobre la "legítima y sana laicidad del Estado" y expuso que "el principio de laicidad exige al Estado que asegure el libre ejercicio de las actividades religiosas, culturales y caritativas de las comunidades de creyentes".

Lamentó que "por desgracia todavía permanecen, también en las sociedades democráticas, expresiones de un laicismo intolerante, que obstaculizan todo tipo de relevancia política y cultural de la fe, buscando descalificar el compromiso social y político de los cristianos sólo porque estos se reconocen en las verdades que la Iglesia enseña y obedecen al deber moral de ser coherentes con la propia conciencia" (Congregación para la doctrina de la fe: El compromiso de los católicos en la vida pública, 24-11-02).

En definitiva, sobre la libertad de conciencia y religiosa, aludió a la "claridad" del magisterio de la Iglesia. "El reconocimiento efectivo del derecho a libertad de conciencia y la libertad religiosa y es uno de los bienes más elevados que los deberes más grandes de todo pueblo que quiere verdaderamente asegurar el bien de la persona y de la sociedad" (Juan Pablo II, Christifideles laici 39).

"Si la libertad no puede prescindir de la virtud y de la sabiduría, apoyo para bien tan grande es la conciencia, pues en ella quiso Dios poner un seguro camino para la aceptación de la Verdad", concluyó el cardenal.

LA ACADEMIA

La Academia de Historia Eclesiástica de Sevilla nació en 1990, según explicó su presidente, Paulino Castañeda, como seminario donde se formó a los sacerdotes en materias del V Centenario del Descubrimiento de América con motivo de la proximidad de la Exposición Universal de 1992 y las preguntas de los fieles sobre el tema.

"Sin propósito entonces de continuidad", el seminario celebra este año su XVII edición tras abordar temas tan "atrevidos" como la violencia y el hecho religioso; las nuevas relaciones de España y América en el proyecto europeo; los milenarismos en la historia; la Europa de las regiones; la vida en un mundo globalizado; la cuestión religiosa en la política española y los testigos del siglo XX.

Castañeda calificó de "notable muy alto" la celebración de estos simposios y lo atribuyó a los "excepcionales" ponentes, desde catedráticos y profesores a siete cardenales o ex presidentes de Gobierno como Adolfo Suárez.