Actualizado: jueves, 21 septiembre 2017 12:40

Francisco avisa de que aplicarán la "tolerancia cero" y responderán con "las más firmes medidas" contra abusadores y encubridores

ROMA, 21 Sep. (EUROPA PRESS) -

El Papa Francisco ha subrayado la responsabilidad de la Iglesia ante los abusos sexuales cometidos en su seno tras recibir las conclusiones de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores que durante tres años ha estudiado la mejora de la protección de menores, jóvenes y adultos ante esta lacra.

"Sentimos vergüenza por los abusos cometidos por ministros sagrados, que deberían ser los más dignos de confianza. Pero también hemos experimentado un llamado, que estamos seguros de que viene directamente de
nuestro Señor Jesucristo: acoger la misión del Evangelio para la protección de todos los menores y adultos vulnerables", ha destacado.

En esta línea, ha recalcado la "responsabilidad primordial" de obispos, sacerdotes y religiosos, de aquellos que "han recibido del Señor la vocación de ofrecer sus vidas al servicio, incluyendo la protección vigilante de todos los niños, jóvenes y adultos vulnerables".

Además, el obispo de Roma ha resaltado la nueva regulación que también castiga a los encubridores de los delitos sexuales. Se trata de una norma que hace referencia al principio de responsabilidad en la Iglesia que afronta los casos de los obispos diocesanos, eparcas y superiores mayores de los Institutos religiosos que, por negligencia, han realizado u omitido actos que hayan podido provocar un daño grave a otros, bien se trate de personas físicas o de una comunidad en su conjunto.

En este sentido, ha subrayado que la Iglesia responderá "con la aplicación de las más firmes medidas a todos aquellos que han traicionado su llamado y han abusado de los hijos de Dios" y ha hecho hincapié en que estas medidas se darán "en todos los niveles".

"Las medidas disciplinarias que las Iglesias particulares han adoptado deben aplicarse a todos los que trabajan en las instituciones de la Iglesia", ha continuado.

De esta manera, ha exclamado que la Iglesia "irrevocablemente" y a todos los niveles "pretende aplicar contra el abuso sexual de menores el principio de 'tolerancia cero'.

Tras el discurso del responsable de la Comisión, cardenal Sean 0'Malley creada por el pontífice para la protección contra el abuso sexual de todos los niños, jóvenes y adultos vulnerables, el Papa ha reconocido que para la Iglesia "ha sido una experiencia muy dolorosa".

El Pontífice ha definido el abuso sexual como "un pecado horrible" "completamente opuesto y en contradicción con lo que Cristo y la Iglesia enseñan".

"PROFUNDO DOLOR"

"Deseo compartir con ustedes el profundo dolor que siento en el alma por la situación de los niños abusados, como ya he tenido ocasión de hacer recientemente en varias ocasiones", ha explicado el Papa.

En este sentido, ha subrayado que el escándalo del abuso sexual es verdaderamente una "ruina terrible" para toda la humanidad, y que "afecta a tantos niños, jóvenes y adultos vulnerables en todos los países y en todas las sociedades".

El Papa ha definido como "un privilegio" poder "escuchar las historias que las víctimas y los supervivientes de abusos han querido compartir". "En esos encuentros, ellos han compartido abiertamente los efectos que el abuso sexual ha provocado en sus vidas y en las de sus familias. Sé que también ustedes han tenido la bendita ocasión de participar en iguales reuniones, y que estas siguen alimentando su compromiso personal de hacer todo lo posible para combatir este mal y eliminar esta ruina de entre nosotros", ha añadido.

Por otro lado, ha agradecido a las Iglesias particulares que hayan adoptado una Jornada de Oración, y para un diálogo con las víctimas y supervivientes de abusos, así como con los representantes de las organizaciones de víctimas.

"Ellos compartieron con nosotros cómo estas reuniones han sido una experiencia profunda de gracia en todo el mundo y, sinceramente, espero que todas las Iglesias particulares se beneficien de ellas", ha determinado.

Para Francisco, también es alentador saber "cuántas conferencias episcopales y conferencias de superiores mayores" han buscado el consejo de la Comisión en relación a las directrices para la protección de menores y adultos vulnerables".

"Vuestra colaboración para compartir las mejores prácticas es verdaderamente valiosa, especialmente para aquellas Iglesias que tienen menos recursos para este trabajo crucial de protección", ha manifestado.

Por último, ha elogiado con especial énfasis las numerosas oportunidades de aprendizaje, educación y formación que han ofrecido en tantas Iglesias particulares de todo el mundo e igualmente en Roma, en los diversos dicasterios de la Santa Sede, en el curso para los nuevos obispos y en varios congresos internacionales.

"Estos programas educativos ofrecen el tipo de recursos que permitirán a las diócesis, Institutos religiosos y a todas las instituciones católicas, adoptar e implementar los materiales más efectivos para este trabajo", ha dicho.

TRANSPARENCIA EN LOS CAMBIOS

Durante el acto de entrega, O'Malley ha renovado su llamamiento a la "tolerancia cero" contra el abuso sexual y se ha comprometido con la "transparencia y responsabilidad" para realizar los cambios necesarios en la Iglesia.

También ha recordado que su misión al frente de esta comisión se ha basado en la promoción de "la responsabilidad local" en todos los niveles para asegurar que la "Iglesia sea un hogar seguro y protegido para todos". "Creemos que la protección de los menores y adultos vulnerables es parte integrante de la misión de la Iglesia, que está firmemente arraigada en nuestra convicción de que cada individuo tiene un valor único creado a imagen y semejanza de Dios", ha añadido.

Para el cardenal estadounidense, "el cuidado de la Iglesia para las víctimas/supervivientes del abuso y sus familiares es una consideración primordial" en la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores.

En este sentido, ha destacado la labor de escucha e intercambio de experiencias con los supervivientes y ha señalado que uno de los puntos fundamentales fueron también "los programas educativos, especialmente para los líderes eclesiásticos, y la asistencia a las Iglesias locales en el desarrollo e implementación de sus directrices para la protección de los menores y adultos vulnerables".

"Estos esfuerzos son una manera eficaz de tomar las prácticas más eficientes desarrolladas en los diversos lugares y compartirlas con los obispos, los superiores religiosos y con sus conferencias, especialmente con aquellas que tienen menos recursos", ha señalado O' Malley.

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