Las plantas jóvenes ignoran las alertas de sequía y priorizan el crecimiento del tallo para captar luz, según CSIC. - CSIC
MADRID 4 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un equipo internacional liderado por la investigadora del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC Sandra Fonseca ha identificado el mecanismo responsable de que las plantas en crecimiento prioricen la falta de luz frente a la respuesta a la sequía.
El trabajo, publicado en la revista Science Advances, ha buscado comprender cómo responden las plantas a los estímulos luminosos, que pueden ser tanto beneficiosos como perjudiciales, así como los genes implicados en regular estas respuestas. Para ello, los científicos han analizado los primeros momentos del desarrollo vegetal y el comportamiento de las plantas en esas etapas, tanto cuando se encuentran en el subsuelo, como una vez que brotan a la superficie.
La investigación ha sido elaborada en la planta modelo Arabidopsis thaliana en colaboración con la Universidad Politécnica de Valencia, la Sorbona en Francia y la de Nagoya en Japón. Los resultados muestran las prioridades de las plantas ante la falta de luz o de agua. Así, prueban que la primera es esencial para poder realizar la fotosíntesis y ser autónoma. Una vez se ha conseguido, el agua vuelve a ser el recurso limitante y en función de su abundancia la planta crece en mayor o menor medida.
Los investigadores han explicado que las plantas comienzan a producir ABA en periodos de sequía, una hormona que les avisa de la escasez de agua y frenan su crecimiento. Utilizando esta hormona en cultivos in vitro, se pueden mimetizar las condiciones de sequía en el laboratorio.
Tal y como esperaban, añadir ABA una vez el hipocótilo --el primer tallo-- de la planta ha alcanzado la superficie reduce su crecimiento. Sin embargo, no lo hace si aún está en el subsuelo. "Esto se debe a que se producen cambios en la expresión de genes de la planta que inhiben la respuesta al ABA y el hipocótilo sigue creciendo hasta alcanzar la superficie. Lo más curioso es que esta inhibición ocurre de manera localizada solo en el hipocótilo, ya que su raíz, que también percibe la presencia de ABA, si limita su crecimiento", ha detallado Natalia Rodríguez-Sánchez, científica del CNB-CSIC que también participa en el trabajo.