La Santa Sede insta a los Estados a abolir la pena de muerte

Actualizado: jueves, 12 marzo 2015 19:55

ROMA, 12 Mar. (EUROPA PRESS) -

   El observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas y otros Organismos Internacionales en Ginebra, el arzobispo Silvano Tomasi, reafirmó el pasado 4 de marzo en la XXVIII Sesión del Consejo de Derechos Humanos su oposición a la pena de muerte y trasladó la esperanza de la Santa Sede de que los Estados que aún la aplican avancen hacia su abolición.

   "La Delegación de la Santa Sede invita a los Estados miembros a modificar sus sistemas de justicia penal para demostrar su adhesión a una forma más humana de la pena. En cuanto a los países que afirman que el abandono de esta práctica todavía no es posible, la Delegación les anima a tratar de ser capaces de hacerlo", ha subrayado Tomasi.

   Según ha indicado, hay que tener en cuenta que "de la aplicación de la pena de muerte no resulta ningún claro efecto positivo de disuasión" y que "la irreversibilidad de la misma no permite ninguna corrección en caso de condenas erróneas". Para la Santa Sede, existen medios incruentos para defender el bien común y promover la justicia.

   Por ello, ha reafirmado la oposición del Vaticano a la pena de muerte, uniéndose así al "creciente" número de Estados que apoyan la quinta resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, pidiendo una moratoria global sobre el uso de la pena de muerte.

   El arzobispo ha explicado que hace veinte años bajo el pontificado de san Juan Pablo II la posición de la Santa Sede sobre esa cuestión se enmarcó en el contexto ético de la defensa apropiada de la dignidad inviolable de la persona y del papel que tiene la autoridad legítima para defender de forma justa el bien común de la sociedad.

   También ha recordado que Benedicto XVI afirmó en 2011 que las iniciativas políticas y legislativas que se están promoviendo en un número creciente de Estados para eliminar la pena de muerte van por el camino justo.

   El Papa Francisco ha subrayado, por su parte, que la práctica legislativa y judicial de la autoridad del Estado siempre debe guiarse por la "primacía de la vida y la dignidad de la persona humana", señalando además "la posibilidad de la existencia del error judicial y el uso que hacen los regímenes totalitarios y dictatoriales como medio de suprimir la disidencia política, o de persecución de las minorías religiosas y culturales".

   "El respeto por la dignidad de toda persona humana y el bien común --ha subrayado Tomasi-- son los dos pilares sobre los cuales se asienta la posición de la Santa Sede".

   Finalmente, Tomasi ha pedido apoyar las reformas sociales que permiten a la sociedad poner en práctica la abolición de la pena de muerte y mejorar las condiciones carcelarias, con el fin de garantizar el respeto de la dignidad humana de las personas privadas de libertad.

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