MADRID 22 May. (EUROPA PRESS) -
El analista de política internacional y exrelator especial de la ONU para el Derecho a la Alimentación Jean Ziegler ha calificado de "vergüenza intolerable" que en un país "poderoso" y "democrático" como España un sólo niño pase hambre, después de conocer las cifras publicadas este lunes por Unicef y en las que se advierte de que unos 2,2 millones de menores viven por debajo del umbral de la pobreza.
En una entrevista concedida a Europa Press, con motivo de la presentación de su nuevo libro 'Destrucción Masiva. Geopolítica del hambre', de la Editorial Península, Ziegler ha explicado que un niño que es subalimentado durante meses está "condenado de por vida", aunque su situación social mejore con los años, porque no se va a desarrollar de forma correcta, al ser la infancia "el periodo en el que las neuronas se desarrollan y necesitan mayor cantidad de nutrientes".
De la misma forma, alerta de que "el hambre hace imposible la construcción de una sociedad pacificada" y, por lo tanto, señala que la crisis en el sur de Europa "puede acabar con la paz social". En este conflicto, Ziegler ha querido diferenciar desde un primer momento las víctimas de los verdugos. Así, se refiere al Fondo Monetario Internacional (FMI), a la Organización Mundial del Comercio (OMC) y al Banco Mundial, como "los jinetes del apocalipsis".
En concreto, Ziegler ha afirmado que "la muerte de un niño por hambre es un asesinato" y culpa de ello directamente a los especuladores, a quienes se refiere como "criminales legales" por comerciar con el precio de los alimentos para generar fortunas en las cuentas de beneficios de las grandes empresas. Asimismo, acusa a los bancos y a los Gobiernos occidentales de "cómplices", puesto que asegura que "sería muy fácil acabar con la especulación alimentaria". "Basta con cambiar un artículo de la Ley", ha apostillado.
"SE PODRÍA ALIMENTAR CASI A DOS MUNDOS"
El exrelator especial de la ONU para el Derecho a la Alimentación ha explicado que no se trata de un problema de producción, sino de acceso a los productos de primera necesidad. De esta forma, apunta que "hay comida suficiente como para alimentar a 12.000 millones de personas, casi dos mundos" --actualmente hay cerca de 7.000 millones de habitantes--.
Ziegler ha añadido que mil millones de personas viven en una situación de subalimentación grave y permanente y que cada día mueren de hambre 57.000 personas, un niño menor de diez años cada cinco segundos. "Esta es la situación absurda. Vivimos en un órden caníbal con 500 multinacionales que controlaban el 52 por ciento de la riqueza mundial", ha sentenciado.
En este punto, se ha referido a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y, pese a valorar la toma de conciencia necesaria para llevar a cabo estas propuestas, ha acusado a los jefes de Gobierno de una "hipocresía total" por no llevar a cabo las medidas necesarias para "combatir la especulación, acabar con el robo de las tierras, eliminar los agrocarburantes y, en definitiva, hacer frente a las oligarquías financieras".
Por otra parte, ha lamentado que la crisis económica en los países de occidente provoque un descenso drástico de las ayudas y créditos para la ayuda alimentaria de urgencia. "Esto significa que donde hay mayor hambruna el Programa Mundial de Alimentos no puede actuar o que se cierran las puertas de los campos de nutrición porque no hay dinero para comprar comida suficiente", ha indicado.
LOS CIUDADANOS COMO AGENTES DEL CAMBIO
Sin embargo, Ziegler encuentra un punto positivo a esta situación "dramática". Así, explica que cuando una sociedad alfabetizada, con información y conciencia política como la española sufre miserias, descubre su identidad y "se da cuenta de que su enemigo es el mismo que acecha a los países subdesarrollados". De esta forma, ha apuntado que "se dan las condiciones adecuadas para construir un frente de resistencia solidario transcontinental" y concluye que hay esperanza gracias a que "los ciudadanos tienen todas las armas para cambiar el la situación actual".
Finalmente, ha recordado su trayectoria como relator especial de la ONU para el Derecho a la Alimentación. "Yo era un diputado y profesor burgués, de una familia privilegiada", recuerda Ziegler antes de narrar el "choque terrible" que vivió al asumir el cargo.
"Empezamos a viajar por las zonas más pobres del mundo y vi morir a gente de hambre. En mi mundo eso no existía, hasta entonces sólo tenía estadísticas, y me sentí impotente. Este libro es también la narración de este descubrimiento del horror", ha sentenciado.