El acusado de asesinar en septiembre de 2004 a su esposa en Cazoña (Cantabria) pensaba que el arma "no estaba cargada"

Actualizado: lunes, 20 marzo 2006 15:11

Varios testigos relatan cómo el procesado amenazó de muerte y disparó luego de un tiro en la sien a Elisa Calderón

SANTANDER, 20 Mar. (EUROPA PRESS) -

José Carlos A.B., el acusado de asesinar a su esposa Elisa Calderón en la vía pública y en presencia de su hija, de menos de dos años de edad, en septiembre de 2004 en Cazoña, ha declarado hoy que en ningún momento quería matarla y que, además, pensaba que el arma con el que presuntamente la disparó en la sien "no estaba cargada".

Así lo resaltó hoy ante la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria, donde se enfrenta a una petición de pena de 25 años de prisión por parte de la Fiscalía, que asciende a 28 años por la acusación particular, ejercida por los padres de la difunta, por los delitos de asesinato, tenencia ilícita de armas, maltrato habitual, amenazas y quebrantamiento de condena,

Pese a que la Defensa del acusado asume también el delito de asesinato, y solicita 11 años de cárcel, José Carlos A.B., de 41 años de edad, negó hoy que el 12 de septiembre de 2004, sobre las seis de la tarde, llamara a su suegro para avisarle de que iba de matar "de un tiro" tanto a él como a Elisa Calderón, ni de que una hora más tarde se acercara a su mujer, a la que se encontró en el barrio donde vivían con el ánimo de acabar con su vida.

Además, negó todas las denuncias por amenazas y maltrato a su esposa, quien "vivía como una reina" y a la que "en la vida la he puesto la mano encima".

Radicalmente distinta fue la versión de los testigos que declararon hoy, que fueron contando como en una 'crónica de una muerte anunciada', las "agresiones", "palizas" y "amenazas de muerte" que recibió la mujer, que tenía 35 años y una hija de 21 meses cuando falleció.

Así, un sobrino de la víctima relató cómo minutos antes de que presuntamente José Carlos A.B. disparara a la mujer, se le encontró en la escalera, y le dijo que "voy a matar de un tiro a tu tía" en la calle, amenazándole de que si se metía en medio le "pegaba el tiro" a él.

Como estas amenazas eran habituales, el sobrino siguió su camino hasta el domicilio, donde un hermano del propio acusado le previno que esta vez José Carlos A.B. había estado "diciendo toda la noche que iba a matar" a Elisa, por lo que el sobrino bajó a la calle, donde ya no pudo impedir nada, puesto que se encontró con que el acusado "sacó el arma de la cintura y disparó".

María Isabel, hermana de la víctima, relató tanto las agresiones que sufría Elisa como que ésta llevaba varios días durmiendo en casa de los padres, y que el día anterior al día de autos, la había amenazado "con matarla" y estaba "montando un arma".

Esta testigo declaró también que cuando oyó el alboroto tras el disparo, bajó a la calle, y vio como José Carlos A.B. huía, por lo que le increpó "asesino", a lo que el hombre le hizo un corte de mangas.

UNA TESTIGO PROTEGIDO CONTÓ EL ATAQUE

Uno de los testimonios más relevantes fue el de una testigo protegido, que vio desde su coche como José Carlos A.B. se acercó donde Elisa, y la pidió "medio millón de pesetas" y "las joyas", así como "llevarse a la niña", enseñándola "el arma" que llevaba ocultó en la cintura.

Como Elisa se interpuso cuando José Carlos A.B. cogió a su hija, entonces le dijo "te voy a matar", a lo que la mujer le contestó "pues mátame", empuñando acto seguido éste la pistola y "disparándola" en la sien.

Con motivo de presenciar estos hechos, la testigo, que declaró por videoconferencia y que conocía "de vista" al acusado, explicó que estuvo de baja laboral durante "un año".

El padre de la víctima también declaró hoy, asegurando que José Carlos A.B. ya había sido condenado a ocho meses de prisión y a la prohibición de acercarse a su domicilio, por haberle amenazado con una catana japonesa.

El padre relató como su hija pasaba periodos esporádicos en la casa familiar, aunque Elisa no le contaba el motivo. Su madre fue más explícita, asegurando estar al corriente de las agresiones que Elisa recibía. "No podían estar ni separados ni juntos", añadió.

CONSUMO DE COCAÍNA

José Carlos A.B. insistió en que llevaba cinco días fuera de casa porque "habían discutido", llevando todo este tiempo consumiendo cocaína, jugando al póquer y haciendo "trabajos" que prefería no explicar.

Esta versión fue contradecida por el sobrino de Elisa, quien aseguró que el día antes a la tarde de autos había estado con él, dejándole en su casa. Este testigo indicó el carácter "violento" del acusado, y como si él estaba presente se tenía que poner a veces "en medio" de los dos para que Elisa no recibiera los golpes. "En el barrio, el que no le tiene medio, no se cruza con él", aseguró.

La vista oral continuará mañana, a las 9.30 horas, en la Audiencia Provincial, con nuevos testigos y la proyección de una cinta relacionada con el caso.