ÁVILA, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Policía de Ávila ha detenido a tres personas y ha logrado desarticular una red internacional de tráfico de cocaína, cuando detectaron a una mujer que había sido utilizada como "correo humano" o "bolero" para trasladar casi 900 gramos de cocaína desde su país.
En un comunicado recogido por Europa Press, la Comisaría de Policía de Ávila no descarta más detenciones en otros puntos de España a raíz de las investigaciones realizadas.
A los tres detenidos se les considera presuntos autores de un delito contra la salud pública, y formaban parte de un grupo organizado dedicado a introducir en España cocaína procedente de la República Dominicana.
Las investigaciones de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Ávila tenían fundadas sospechas de que se habían asentado en la capital abulense varios integrantes de un grupo criminal dedicado al tráfico de estupefacientes con ramificaciones en la República Dominicana, Holanda y España.
En el aeropuerto madrileño de Barajas varios agentes determinaron, tras una exploración radiológica, que una mujer de 34 años y vecina de Ávila, Y.O., llevaba dentro de su cuerpo numerosos cuerpos extraños que había ingerido. Se trataba de 77 vainas, que sumaban un peso total de 898 gramos de cocaína.
Tras su detención fue trasladada, bajo custodia policial, al Hospital Nuestra Señora de Sonsoles, a la espera de que expulsase toda la sustancia estupefaciente que había tenido que ingerir.
Los otros dos detenidos son E.C.O., de 19 años, y J.M.M., de 28 años, ambos vecinos de la capital abulense, dedicados a dar o asistencia y cobertura a las personas que, a modo de correos humanos, llegaban a España con sustancias estupefacientes en el interior de su cuerpo, la mayor parte de ellas con destino a la distribución en Ávila.
Tras el registro domiciliario de los arrestados, los tres detenidos pasaron a disposición del Juzgado de Instrucción número 4 de Ávila, si bien sólo la mujer ingresó en prisión.
En el domicilio se incautaron unos 11.000 euros, y para su registro se contó con el apoyo del grupo de guías caninos de la Jefatura Superior de Castilla y León con sede en Valladolid.
