Familiares de desaparecidos en Baleares reclaman más medios y el fin de la descoordinación policial

Actualizado: domingo, 16 julio 2006 14:20

La desaparición de los palmesanos Ana Eva Guasch y Miguel Ángel Valls, hace cinco y ocho años, no se ha aclarado todavía

PALMA DE MALLORCA, 16 Jul. (EUROPA PRESS) -

Familiares de desaparecidos en Baleares apelan a la "responsabilidad" de las Administraciones central y autonómica a fin de que incrementen los medios humanos y técnicos para mejorar la búsqueda de sus parientes, apuestan por cambios legislativos que eliminen la obligatoriedad de esperar 24 horas para comenzar la investigación y defienden una mejora de la coordinación entre los distintos cuerpos policiales.

"No puedes explicar cómo se soporta. Siempre lo tienes presente, siempre lo llevas en la cabeza, como si hubiese pasado ayer", explica Andrés Valls, padre de Miguel Ángel, un joven palmesano estudiante de Hostelería que desapareció en Palma el 5 de enero de 1998. "Dijo 'me voy' y se fue a dar un paseo. No se llevó dinero ni documentación", apunta. La última vez que se le vio fue a 200 metros de su domicilio.

A la conmoción inicial le siguieron la denuncia a la Policía Nacional, las investigaciones y las sospechas sobre determinadas personas del entorno de Miguel Ángel Valls. Hasta hoy, no ha habido ningún resultado. "Llegas a pensar cualquier cosa. Si mi hijo está vivo, no está en Mallorca. Eso seguro. Alguien le habría visto. Y, si ha salido de la isla, alguien se lo tuvo que llevar, a las buenas o como sea", argumenta.

Junto al de Miguel Ángel, otro de los casos más significativos es la de la palmesana Ana Eva Guasch, una profesora del Colegio Santa Mónica de Palma. Desapareció el 20 de octubre de 2001, cuando tenía 27 años. En la actualidad, su familia prefiere no realizar declaraciones al considerar que no hay ninguna novedad reseñable que destacar.

"Como los desaparecidos no molestan, parece que la sociedad no se preocupa tanto", se lamenta Andrés Valls, quien observa con desánimo el "poco interés" mostrado en su caso por la policía. Este empleado de banca jubilado se queja también de la obligación legal de esperar 24 horas para empezar la búsqueda, "un tiempo vital", y reclama que se subsanen fallos de coordinación, como el que le obligó a realizarse dos veces la misma prueba de ADN, primero a través de la Policía Nacional y, después, de la Guardia Civil.

AVANCES INSTITUCIONALES

Una de las vías que utilizan los familiares para canalizar sus demandas es Inter-SOS, una de las principales agrupaciones de parientes de desaparecidos. Su presidente, Manuel Jaime, considera que, en los últimos tiempos, ha habido avances a nivel institucional. Así, recuerda que, recientemente, el Congreso de los Diputados aprobó la creación de una comisión parlamentaria dedicada a estudiar las peticiones formuladas por este colectivo.

Con todo, defiende que la administración debe abordar la situación en que queda el núcleo familiar cuando desaparece la persona que representa la principal fuente de ingresos. Fue el caso de una señora mayor catalana. Su marido desapareció. Ella, sin el permiso del cónyuge y sin que éste figurase legalmente como fallecido, no tenía acceso al dinero de la cuenta. En la actualidad, la ley sólo permite solicitar la Declaración de Fallecimiento diez años después de la desaparición.

"SIEMPRE ES LUNES"

Jaime, que sufrió la desaparición de su suegro, finalmente encontrado muerto, asegura que se trata de una experiencia equiparable a un "sinvivir", en que "vives solamente, porque tienes la esperanza de saber qué ha pasado". "En nuestra casa, no se celebró nada durante seis años. Ni navidades ni cumpleaños* Siempre era como si fuese lunes en nuestro calendario", dice el presidente de Inter-SOS.

Según expone, en España, hay cerca de 15.000 personas que han desaparecido sin dejar rastro y la experiencia le demuestra que algunos de estos casos "acaban mal" y otros con "sorpresas". En este sentido, Jaime cuenta la historia de un hombre de mediana edad que apareció después de dos años y justificó su ausencia con el argumento de que tenía reparos de que sus padres supieran que tenía pareja.