Familias de una guardería con afectados por lipoatrofia se organizan y sopesan acciones judiciales

Guardería (Archivo)
Europa Press
Actualizado: domingo, 30 junio 2013 11:59

Reprochan que el 'casal' infantil del complejo organice este verano actividades para niños


BARCELONA, 30 Jun. (EUROPA PRESS) -

Familias de la guardería municipal 'El Roure' de Barcelona con niños y maestras afectados por lipoatrofia semicircular --pérdida de tejido adiposo en la piel-- han empezado a organizarse y algunos están analizando acciones judiciales ante la actitud del Ayuntamiento, que juzgan inapropiada.

El consistorio decidió cerrar provisionalmente la guardería en abril tras haber diagnosticado entonces cuatro posibles casos --dos niños y dos maestras--; en diciembre ya había clausurado provisionalmente, tras tres casos, la biblioteca Centelles --en el mismo complejo, el de Teresa Pàmies, pero en un edificio distinto-- .

Las preocupaciones de familias y maestras son diversas, pero algunos han puesto en marcha una plataforma de edificios enfermos, y la Associació de Famílies d'Alumnes (Afa) ha emitido un comunicado con apoyo de muchas y al que ha tenido acceso Europa Press en el que reprochan que el Ayuntamiento niega la relación del edificio con la lipoatrofia.

Según recuerda la Afa, los edificios 'enfermos' tienen problemas de electricidad estática que cargan en exceso a quienes pasan muchas horas en ellos y producen lipoatrofia semicircular en algunos casos: en la biblioteca Centelles se le ha diagnosticado al 73% de los empleados, subraya la asociación.

"Pese a que el Institut Municipal d'Educació (Imeb) continúa trasladando a la opinión pública que el Centro Cultural Teresa Pàmies no es un edificio enfermo ni existe ninguna relación entre éste y la lipoatrofia semicircular, tenemos 28 casos: 12 trabajadores de la biblioteca, 6 de la guardería, 10 niños, y tres más dudosos", expone.

Resalta que también niega la relación la Agència de Salut Pública (ASPB), y determina que "ni el centro ni el mobiliario ni los elementos que forman parte de la estructura de la escuela presentan las condiciones ambientales asociadas a la enfermedad y al síndrome del edificio enfermo", si bien la Afa destaca que aún no tiene el informe.

La asociación pide un seguimiento médico vital para todos los niños matriculados, con un estudio más a fondo que no se limite a los efectos sobre la piel, y pide que se extienda al resto de niños expuestos al edificio, como los asistentes al 'casal' infantil del complejo, que sigue abierto al igual que el centro cívico.

EXPERIENCIA DE AFECTADAS

Para Laia Campderrós --tiene un hijo de 3 años afectado--, el hecho de que el equipamiento de ocio infantil organice un 'casal' para este verano demuestra que el consistorio no se toma el asunto seriamente, y considera que "el Ayuntamiento ha tenido una conducta tremendamente negligente", con lo que está entre quienes sopesan ir a los tribunales.

Núria Ventura --maestra afectada-- explica que una doctora especialista en medicina no convencional le ha diagnosticado electrohipersensibilidad, del que la lipoatrofia puede ser un síntoma: surge de la exposición a campos electromagnéticos y le produce dolores de cabeza, agotamiento y pérdida de memoria, pero cree que debe de haber "tantos millones de afectados que no interesa destaparlo".

La Afa también pide crear una base de datos que sirva en un futuro para hacer seguimiento médico de los niños y de un estudio científico, y realizar un estudio diagnóstico completo de las instalaciones por parte de más de una empresa especialista que clarifique los factores causantes de la lipoatrofia.

En caso de incertidumbre, reclama aplicar la normativa más restrictiva a nivel mundial en cuanto a materiales, campos electromagnéticos y contaminación atmosférica, y añade a sus demandas reabrir la guardería en septiembre "con todas las garantías y normalidad" para asegurar así que no se pierden 110 plazas públicas en el Eixample.

En esto tampoco todos están de acuerdo, y Campderrós tiene claro desde el primer día de detectarse la lipoatrofia que no piensa llevar a sus hijos a la guardería, y Núria Zapata --otra madre de la escuela-- resume el sentir de algunas familias: "No tenemos lista de afectados, se continúa negando la relación causa-efecto y no tenemos garantías de apertura".