BARCELONA 2 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Instituto Municipal de Personas con Discapacidad (IMPD) y el Institut de Cultura de Barcelona (Icub) han presentado este miércoles el resultado del manual 'Exposiciones accesibles. Criterios para eliminar las barreras de comunicación y facilitar el acceso a los contenidos' un trabajo conjunto con el que pretenden mejorar la accesibilidad comunicativa en los museos de Barcelona.
El texto, elaborado por la experta en accesibilidad y responsable del proyecto 'Acess-friendly' Maria-José Ania, es un decálogo de diez puntos que busca ayudar a los responsables de las exposiciones a saber qué hacer para que las exposiciones sean accesibles comunicativamente, han informado en una rueda de prensa en el Museu del Disseny de Barcelona.
La accesibilidad busca conseguir que todas las personas "puedan utilizar un bien o servicio, visitarlo o acceder, independientemente de sus capacidades" y la variante comunicativa se centra en las barreras de comunicación que dificultan el acceso a los contenidos informativos y culturales.
En concreto, el manual se centra en la comunicativa, que engloba discapacidades cognitivas, psíquicas, intelectuales y trastornos mentales, visuales y auditivas.
El primer punto del decálogo hace referencia a la voluntad y compromiso de todos los agentes implicados, y Ania ha añadido que si no hay una voluntad por parte de los museos pronto habrá una obligación legal, puesto que el pasado 30 de octubre la Generalitat ya aprobó una ley de accesibilidad con la que se obliga a todos los museos públicos a tener planes de accesibilidad.
El punto central es el que recoge recursos de accesibilidad comunicativa para ayudar a los museos a planificar sus exposiciones, como la posibilidad de ofrecer a personas invidentes tocar las obras originales y tener maquetas a escala de los edificios y diagramas táctiles que representen obras planas, entre muchos otros que permitirían a cualquier persona gozar del arte.
Los otros puntos se centran, entre otras cosas, en la importancia de la formación del personal de los museos en recursos de accesibilidad y en garantizar que las páginas web sean accesibles igual como los recursos que estas ofrecen y también se da mucha trascendencia a la opinión de los usuarios ya que es la que permitirá seguir mejorando.
"Una sala de exposiciones no es un hospital, nos podemos permitir la prueba-error", ha comentado Ania, que ha animado a los responsables de exposiciones a experimentar sin miedo para rectificar, cambiar y mejorar aquello que no salga bien.
LA CULTURA, UN DERECHO SOCIAL
"Hacer esta guía es empezar a pensar la cultura de una manera diferente", ha anunciado la teniente de alcaldesa de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Barcelona, Laia Ortiz, que ha añadido que la cultura es un derecho social y que si se quiere ver como la educación o la sanidad se tiene que concebir la cultura para que sea para todo el mundo, y aquí es donde la accesibilidad entra en juego.
Según Ortiz, el manual también avanza en la promoción de la autonomía y la vida independiente porque permite a las personas gozar de una exposición sin necesitar a nadie que los guíe y ha añadido: "Si avanzamos en esa accesibilidad universal, estamos dando y garantizando derechos y estamos avanzando en la libertad de muchísimas personas".
Barcelona era pionera en accesibilidad física, en relación a la urbanización, pero como ha comentado Ortiz, la ciudad se ha quedado atrasada en accesibilidad comunicativa, por lo que se han propuesto trabajar para llegar a conseguir una accesibilidad universal.