Aquileia, olvidado cruce de caminos

Porto Fluviale
EUROPA PRESS/CRISTINA PINILLA
Actualizado: lunes, 29 abril 2013 16:50

Por Cristina Pinilla

Existe una ciudad en el Norte de Italia, a unos 30 kilómetros de Venecia, donde los caminos de la Historia se cruzan. El lugar donde hoy se alza Aquileia, cerca de la laguna de Grado, fue escogido por los romanos en el 181 a.C. por su valor estratégico tanto en lo económico como en lo militar. Allí decidieron fundar la que se convertiría en una de las mayores y más prósperas urbes del Imperio.

Hoy, es un buen destino para quienes pasen unos días en la Ciudad de los Canales y quieran conocer un patrimonio diferente al de los grandes palacios y majestuosas iglesias. Quienes deseen sumergirse en la historia más antigua de Roma no tienen por qué viajar hasta la capital italiana, porque en Aquileia siglos de Historia se han ido amontonando, construyendo uno sobre otro.

Patrimonio Mundial desde 1998, en la ciudad se conservan abundantes restos romanos, que se pueden visitar gratuitamente: el foro, donde aún se intuyen las diferentes construcciones de épocas más prósperas; el sepulcreto, compuesto de cinco tumbas ricamente decoradas descubiertas hace pocos años entre las casas; o diversos restos de casas de los comerciantes.

Muy cerca pasa la Vía Sacra, flanqueada por cipreses, pórticos romanos y lápidas, testigos silenciosos de una época marcada por el bullicio de la carga y descarga de los barcos que llegaban desde la laguna por el canal abierto en el río Natissa hasta el puerto fluvial, cuyos restos atestiguan una importante actividad comercial.

Los objetos hallados en todos estos enclaves forman hoy parte del interesante Museo Arqueológico Nacional de Aquileia, que contiene una importante colección de monedas, jarrones, esculturas, relieves, lápidas y otros objetos de la vida cotidiana de los romanos, como sus particulares artículos de vidrio, precursores de uno de las mayores reclamos de la zona, el cristal de Murano.

LA BASÍLICA, LA JOYA DE LA CORONA.

Sin embargo, la joya de la corona de Aquileia es su Basílica. Fue construida en 1348 sobre un antiguo templo romano que, a su vez, se levantaba junto a las casas de unos mercaderes. En su interior se conserva en un envidiable estado un importante conjunto de mosaicos romanos, incluida la composición romana más grande del mundo, de 760 metros cuadrados.

Miles de teselas de brillantes colores que, ajenos al paso de los años, muestran al visitante retratos de ilustres personajes de la época, monstruos marinos, aves, animales mitológicos y representaciones bíblicas, entre ellas escenas de Jonás y la Ballena.

Aunque parte de los mosaicos fueron destruidos durante la construcción del campanario de la basílica, la colocación de unas pasarelas de vidrio permiten al visitante contemplar las imágenes más recónditas y peculiares, ocultas durante siglos, como la lucha entre un gallo y una tortuga, o una langosta en un árbol.

Tras los romanos, los paleocristinaos hicieron de Aquileia uno de sus principales centros en todo el continente, consiguiendo incluso establecer un Patriarcado encargado de detener el avance de los bárbaros con la palabra, más que con las armas. Sin embargo, el paso de los hunos de Atila en el 452 d.C. acabó con la prosperidad de la ciudad.

OCASO DE AQUILEIA.

Aquileia recuperó parte de su esplendor con la construcción de la Basílica en el siglo IX. De la prosperidad de esa época quedan los murales de la basílica, así como la maravillosa Cripta degli Affreschi, del siglo IX y en la que sufrieron prisión los mártires Ermacora y Fortunata, cuyas dificultes están representadas en los frescos de estilo bizantino del siglo XII que recubren completamente las paredes.

Un terremoto en 1348 terminó con cualquier esperanza de recuperación de la ciudad, que un siglo y medio más tarde pasó bajo el dominio de Austria y quedó en el olvido del mundo.

No obstante, poco a poco salen a la luz nuevos restos, nuevos ecos del pasado, y la huella de quienes hace siglos poblaron estas tierras portan la esperanza de un nuevo renacer en el que la cercanía con Venecia y otras poblaciones vacacionales aporten un desarrollo turístico y cultural a esta histórica ciudad.

Un buen momento para visitar Aquileia --y escapar quizás del calor de una Venecia atestada de turistas-- es en la fiesta anual 'A tavolo con gli antichi romani' ('A la mesa con los antiguos romanos'), que se celebra entre julio y agosto y durante la cual diferentes restaurantes preparan menús inspirados en platos de la Antigua Roma.