La migración de las aves en las marismas de Santoña

Marismas De Santoña
TURISMO DE SANTOÑA
Actualizado: martes, 27 septiembre 2011 12:00

Las Marismas de Santoña, Noja, Joyel y Victoria son un espectáculo de belleza y uno de los paisajes marinos más impresionantes del litoral cantábrico. Se trata de un refugio importantísimo de anátidas, paraíso de los ornitólogos y amantes de la naturaleza, catalogado como Parque Natural. El territorio de las marismas abarca el municipio de Santoña, Cicero, Escalante, Argoños, Noja, Suano y en los bordes más apartados, Laredo, Colindres y Voto.

Domina la entrada de las marismas el Buciero, una isla costera unida a tierra por un tómbolo arenoso, formando de esta manera una península. Este istmo determina, por la parte del mar, el largo arenal de la playa de Berria, exactamente dos kilómetros hasta la punta de El Brusco. Por el interior, nos encontramos con un laberinto de marismas, que componen el Parque Natural, siendo uno de los principales espacios naturales de la cornisa cantábrica. Ocupa 4.500 hectáreas de terreno y alberga un importantísimo ecosistema con abundante fauna y flora.

Se trata de una escala vital para las migraciones de aves en la época fría entre el norte de Europa y Doñana y el norte de África. La avifauna de la reserva es completamente diferente en invierno y en verano, con especies residentes y otras de paso que sólo se ven en determinadas temporadas. La riqueza biológica ligada a la marisma radica en el contacto del medio terrestre con el acuático. Las zonas húmedas, el espacio intermareal, o las masas vegetales de diversas clases que se encuentran al borde mismo del agua o en sus proximidades, constituyen fuente de alimento para muchas especies. Para otras son lugar de descanso, de residencia o de cría, escondidas entre la vegetación, a salvo de los depredadores. Miles de aves, unas 20.000, pertenecientes a medio centenar de especies, dan vida y color a las marismas. Entre otras, garzas, ánades reales, cormoranes, garcetas, patos buceadores, chorlitos, zarapitos, carriceros, rascones, zampullines o espátulas, hacen escala en las marismas en su migración hacia el sur. Junto a ellas, viven rapaces como el halcón peregrino, el milano negro o la lechuza y las aves marinas como las gaviotas, alcas o charranes patinegros.

En esta zona es posible contemplar este humedal desde su propio interior, ya que cuenta con un servicio de visitas ornitológicas guiadas con embarcación que permitirán a todas aquellas personas interesadas realizar un recorrido en barco para la observación de aves acuáticas durante la bajamar. (www.avescantabricas.com)

Santoña, monumental y conservera

Santoña es una villa marinera situada en la costa oriental de la región. Ubicada a los pies del imponente monte Buciero, Santoña se une a la tierra por una estrecha lengua de arena y tierra. El peñón calizo tapizado de encinas custodia la entrada a una hermosa bahía que recibe el agua de las rías de Limpias y Rada y de numerosos canales como Escalante y Argoños.

Santoña surgió en torno a Santa María de Puerto, poderoso monasterio que llegó a controlar buena parte de las instituciones religiosas de la zona, del cual ha sobrevivido su hermosa iglesia, un tesoro que liga elementos románicos, tardogóticos y clasicistas. Declarado Monumento Nacional de Interés Histórico-Artístico. La obra principal transcurre desde el siglo IX hasta el XII. Su estilo no está muy definido, siendo lo más acertado enclavarla durante la transición del románico al gótico pues posee elementos de ambos estilos. Destaca por encima de todo la pila bautismal románica de una sola pieza, sus capiteles decorados y la puerta sur. El crucero es una de las obras más bellas del gótico en Cantabria. Así mismo, son importantes sus retablos (uno de ellos en policromía), la talla gótica de la Virgen y el órgano neumático del coro.

A mediados del siglo XIX, al calor de la conversión de la villa en plaza fuerte de segundo orden, surgió la población compacta y ortogonal que puede verse en la actualidad. A finales de aquella centuria empezó a cobrar importancia la pesca y se fundaron las primeras empresas conserveras. En la actualidad, Santoña es uno de los principales puertos pesqueros de la cornisa cantábrica y su industria de transformación de productos de la mar es una de las más importantes y prestigiosas de España.

Desde el punto de vista patrimonial, atesora notables ejemplos de arquitectura civil, como la casa de Maeda, conocida popularmente como casa del Marqués de Chiloeches; la casa del capitán Antonio Ortiz del Hoyo; el palacio y el instituto mandados edificar por el Marqués de Manzanedo, así como uno de los conjuntos de infraestructuras militares más singulares de la costa cantábrica, con estructuras levantadas entre los siglos XVIII y XIX, de las cuales destacan los fuertes de San Martín y San Carlos.