MADRID, 13 May. (OTR/PRESS)
Antena 3 presentó 'Círculo rojo' (22.00 horas) como una de sus grandes apuestas para esta temporada pero ni su gran reparto ni su misteriosa trama consiguieron captar a buena parte de la audiencia, con lo que la serie superó por los pelos el 12% de cuota de pantalla. Junto a Emilio Gutiérrez Caba, Carmen Maura y María Boto encontramos en el elenco de actores a María Adánez que sigue lamentando entre bromas que para todo el mundo "sigue siendo la pija", personaje con el que se hizo popular en 'Aquí no hay quien viva'.
Tras un estreno algo desafortunado en comparación con lo que Antena 3 esperaba de ella, 'Círculo rojo' vuelve mañana a la pequeña pantalla para tratar de enganchar a más espectadores en la trama de suspense e intriga que envuelve a Patricia (María Adánez) y Andrea (María Boto). En el guión las dos chicas tratan de resolver una tragedia que las sacudió cuando eran muy jóvenes.
Un registro muy distinto a lo último que hizo en televisión, una etapa cerrada para ella. "Después de 'Aquí no hay quien viva' no me apetecía volver con un proyecto de comedia", manifestó la actriz en declaraciones recogidas por OTR/Press. En este sentido, confesó que cuando va por la calle "para todo el mundo sigue siendo la pija" de la exitosa comedia en la que participó también en Antena 3.
Pero además de que el cambio de registro la apetecía, todas las características de la serie la convencieron para participar porque además de un argumento "muy interesantes" cuenta con "una factura técnica muy buena y un repartazo". "Tenía todos los alicientes y también que era cortita" -16 episodios-, otro aspecto que la convenció para poder interesarse por otros proyectos. Hablando de sus personajes (El suyo y el de Boto), sostuvo que son "personalidades opuestas", una muy lanzada y otra muy asustadiza, "aunque van cambiando y evolucionando a medida que se van enfrentando a cosas".
En esta segunda entrega de 'Círculo rojo', Andrea y Patricia descubren que Clara había encontrado a uno de sus violadores. Obligadas a enfrentarse a los demonios de su pasado, Patricia sólo ve una salida: encontrarlos a todos y hacer justicia. Andrea, en principio, no está de acuerdo ya que tiene demasiado miedo. Además, la violación no es el único secreto de aquella noche. La noche de San Juan de 1988, Andrea, Patricia y Clara fueron víctimas... pero también se convirtieron en criminales.
