La Guardia Civil imputa a un veterinario por falsificar presuntamente cartillas sanitarias de animales

Actualizado: viernes, 5 diciembre 2014 4:19

JAÉN, 25 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Guardia Civil de Jaén ha imputado a un veterinario como presunto autor de un delito de falsedad documental dado que, presuntamente, había falsificado cartillas sanitarias de animales.

Según ha informado este martes la Benemértita, en el marco de la Operación Rabdomun se han realizado numerosas inspecciones a perros durante la temporada de caza, en las que se pudieron observar "anomalías" en cartillas sanitarias con respecto a la vacunación antirrábica.

Por ello, los agentes inspeccionaron varias rehalas, en las que se pudo comprobar "deficiencias y falta de sellos obligatorios en los certificados de vacunación". Además y para seguir investigando estas circunstancias, se extrajo representativa de sangre de algunos animales.

De los resultados obtenidos en esos análisis y en aplicación de la normativa por la que se aprueban las normas zoosanitarias aplicables a los desplazamientos de animales de compañía sin ánimo comercial, se considera que los animales cuyo título de seroneutralización en UI/ml es inferior a 0,50, no se le ha inyectado la vacuna en su dosis correspondiente.

Con independencia de lo anterior, también se preció que muchos de los animales muestreados, aunque se consideran vacunados según la legislación aplicable, tenían un "contenido en anticuerpos es muy inferior al normal" en los que están inoculados con una dosis reglamentaria de este tipo de vacuna y que está sobre los 1,50 y 2 UI/ml aproximadamente. Por ello, se sospecha que han sido tratados con una dosis muy inferior o que aún le quedan anticuerpos del tratamiento del año anterior.

Como consecuencia, según añade la Guardia Civil, "se comprueba que la persona imputada no realizaba la vacunación obligatoria antirrábica", algo que quedó igualmente acreditado "por el Colegio Oficial de Veterinarios, dado que el profesional imputado no ha notificado ni realizado la ficha clínica".

A pesar de todo ello, el veterinario consignaba en las cartillas sanitarias o pasaportes oficiales para animales de compañía, las anotaciones precisas para acreditar que habían sido tratados de forma reglamentaria. Sin embargo, eludía la colocación de los sellos oficiales del Colegio de Veterinarios y la reseña de la vacuna utilizada, sustituyendo estos requisitos por su sello profesional, su firma y la consignación manuscrita de la marca de la vacuna usada.

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