Todas las lesiones de Loida eran por estrangulamiento y murió dos horas antes de que su marido avisara

El acusado declarando en el juicio
EUROPA PRESS
Actualizado: miércoles, 26 febrero 2014 14:07

SANTANDER, 26 Feb. (EUROPA PRESS) -

Loida Gemima Almerco, la mujer peruana que fue asesinada en mayo de 2013 en Santander, presentaba diversas marcas en su cuerpo, fundamentalmente en el cuello, todas ellas derivadas del estrangulamiento y la asfixia, que fue lo que le causó la muerte. Además, la víctima falleció en torno a las 20.30 horas del día 23, dos horas antes de que su pareja y acusado, A.A.P., avisara a un policía local conocido suyo para contarle que había ocurrido "algo muy gordo".

El carácter de las lesiones, que también evidencian que hubo defensa por parte de la mujer, como el hecho de que tuviera ocho de las diez uñas de las manos rotas, y la hora de la muerte han sido dadas a conocer este miércoles por las forenses en su declaración en la tercera sesión del juicio, que se celebra desde el lunes en la Audiencia y Cantabria. Mañana, jueves, los miembros del jurado darán a conocer su veredicto.

Tras la declaración del acusado, testigos y peritos, las partes han presentado sus conclusiones. Tanto la Fiscalía como la Defensa consideran que se trata de un homicidio -el Ministerio Público pide doce años de cárcel para el presunto agresor- en tanto que la Acusación Particular entiende que hubo ensañamiento y tacha los hechos de asesinato, por lo que solicita 15 años para el procesado.

Mientras la acusación ha elevado a definitivas sus conclusiones sin modificarlas, la fiscal ha introducido la atenuante de la reparación del daño causado, toda vez que A.P.P. Ha depositado cerca de 4.000 euros para el hijo que tenía con Loida, de cinco años de edad y que estaba en el lugar de los hechos. Un extremo que también ha contemplado la defensa, que asimismo ha introducido la atenuante de arrebato u obcecación, al opinar que su patrocinado tuvo una disminución cognitiva y actuó movido por un impulso o reacción súbita.

Por su parte, A.P.P., durante el uso de la última palabra en el juicio, ha pedido perdón a la familia de la víctima. Y al tiempo que ha comenzado a llorar, ha dicho que no fue su "intención" lo ocurrido. "Me duele mucho por mi hijo", ha apostillado.

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