El Santa Mònica se traslada y Altaió dirigirá una nueva y más amplia actividad artística en el edificio de La Rambla

Actualizado: viernes, 11 julio 2008 15:10

El nuevo centro quiere sacar un "rendimiento social" al edificio ubicado en el corazón de Barcelona

BARCELONA, 11 Jul. (EUROPA PRESS) -

El Centre d'Art Santa Mònica (CASM) de Barcelona se trasladará a un espacio de la ciudad aún por determinar, de 1.000 metros y que requiera de "reformas menores", mientras que el creador y promotor cultural Vicenç Altaió dirigirá una nueva y más amplia actividad artística en el edificio que hasta ahora ocupaba el CASM en La Rambla, según indicó hoy el conseller de Cultura, Joan Manuel Tresserras.

El motivo de este cambio se debe a que "hasta ahora" el CASM "ha tenido una actividad muy buena, pero no permitía sacarle el rendimiento social exigible" al edificio que a partir del 2009, y con Altaió al frente, "tiene que permitir desplegar muchas más actividades", indicó el conseller.

La reunión con los medios se convocó hoy pese a que el proyecto del nuevo centro multidisciplinar de La Rambla aún no está totalmente definido, pero las especulaciones sobre el cierre del CASM de las que diversos medios de comunicación se han hecho eco obligaron al conseller a aclarar sus intenciones al respecto.

"Han aparecido rumores y, siendo muy prudente, diré que (se han dicho) inexactitudes y algunas falsedades", clamó Tresserras, no sin especificar que su voluntad es "ensanchar la actividad" del CASM, optimizar el uso del edificio de La Rambla y no cerrar el CASM, dirigido por Ferran Barenblit, sino trasladarlo a otro espacio de la ciudad.

"PARADIGMAS VIEJOS".

En este sentido, el conseller apuntó que el país "ha cambiado mucho en muy pocos años" y que, por lo tanto, ya se mueven "en paradigmas viejos" que ningún espacio como el de La Rambla puede actualizar. Por eso se le encargó a Altaió un estudio sobre cómo reorientar las actividades para optimizar el uso de este espacio.

Con la mirada puesta en que el edificio del Santa Mònica sea el "latido de una inteligencia colectiva", Altaió se ha esmerado en captar los estímulos y las necesidades del sector de las artes para crear un proyecto en el que el arte y la cultura sean ejes vertebradores.

El nuevo trabajo se orientará al arte, la ciencia el pensamiento y la comunicación y tendrá una vinculación estrecha con las universidades y las instituciones artísticas, culturales y comunicativas.

Algunos de los nombres que suenan para apoyar a Altaió en esta nueva orientación del CASM son el doctor en Ciencias de la Comunicación de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) Enric Marín como encargado de la rama de comunicación del centro, y el profesor lector del Departamento de Física Fundamental de la Universitat de Barcelona (UB) Josep Perelló como responsable de la sección de ciencia.

El nuevo centro está previsto que inicie su andandura a principios del año que viene con una actividad sobre arquitectura en la que ya se está trabajando. Preguntado sobre los calendarios, el conseller asumió que son "un poco justos", pero que "hay tiempo" para finalizar los cambios sobre lo previsto.

AMPLIAR LOS ESPACIOS.

La remodelación del edificio del CASM ideada por Altaió prevé convertir el actual punto de información en un quiosco que, a imagen y semejanza de los que hay en La Rambla, sea un centro de nuevas tecnologías y comunicación en el que se proyecten hacia fuera los contenidos del propio centro.

El claustro del edificio acogerá las exposiciones centrales, que serán cuatro al año, de acuerdo a las estaciones. La anilla del medio se recuperará como espacio expositivo en el que comisarios de todo el mundo regentarán muestras artísticas.

Las nuevas producciones tendrán un espacio para presentarse en el laboratorio, que se gestionará en colaboración con diferentes universidades.

La zona del bar se recuperará como lugar de socialización y debate y, según el conseller, hace tiempo que se pensaba en suprimir la restauración del centro artístico pero los costes de recesión de contrato eran "inasumibles". En agosto, vence el contrato y no se renovará.

EL FUTURO DE BARENBLIT.

El director del CASM, Ferran Barenblit, consideró que le parecía "incompatible" mantener su proyecto en el edificio del La Rambla si estaba previsto darle este nuevo uso, según recordó Tresserras en alusión a una reunión que mantuvieron ambos. El deseo de Barenblit era disponer de un espacio de 1.000 metros. Conselleria y Ayuntamiento de Barcelona están buscando el nuevo emplazamiento del CASM porque "merece tener continuidad", aseguró el conseller, aunque no pudo concretar cuál será este espacio porque aún están barajando opciones.

Barenblit solía disponer de 750.000 euros de presupuesto, cifra que aún no se sabe si incrementará o disminuirá cuando se ubiquen en el nuevo espacio. Lo que está claro es que Altaió no tendrá el presupuesto "que pidió" por ser desaforado y por los "presupuestos insuficientes" que se destinan a la Conselleria de Cultura, remachó Tresserras.