MADRID, 5 May. (EUROPA PRESS) -
Investigadores candienses han informado por primera vez de que los altos niveles de mercurio encontrados en ejemplares de foca ártica pueden estar relacionados con la desaparición del hielo marino provocado por el calentamiento global. Su estudio proporciona nuevas evidencias del impacto del cambio climático en la vida marina del Ártico.
Gary Stern y su equipo del Department of Fisheries and Oceans ha advertido de que las focas oceladas del Ártico canadiense, como muchos otros animales marinos del Ártico, presentan niveles relativamente elevados de mercurio. Sin embargo, nunca hasta ahora se había determinado que esos niveles estén asociados a la presencia de hielo marino y la composición resultante del bacalao y otras presas que contienen mercurio y que ha sido transferido a las focas.
Los científicos analizaron el contenido de mercurio en muestras recogidas de focas oceladas entre 1973 y 2007. Compararon los niveles con la duración de la estación libre de hielos en la zona, un periodo cálido marcado por la desaparición del hielo marino en el hábitat de la foca. Encontraron que las focas acumularon más mercurio durante esos periodos, ya fueran cortos (2 meses) o largos (5 meses) y lo atribuyen a la mayor disponibilidad de alimentos.
Las concentraciones de mercurio en estas focas durante veranos relativamente cortos pueden deberse al consumo de bacalao de más edad y más contaminado, mientras veranos de mayor duración pueden promover una producción pelágica más elevada y de esa forma una supervivencia más elevada de bacalao y un mayor consumo de esta especie por las focas, lo
que también se traduce en una mayor exposición al mercurio. Esta mayor presencia de mercurio puede extenderse igualmente a los osos polares, principales predadores de las focas, e incluso a los seres huamnos --los indigenas inuit-- que las cazan como parte fundamental de su dieta.
