MADRID, 22 Dic. (EUROPA PRESS) -
La famosa Nebulosa Cabeza de Caballo aparece casi irreconocible en esta imagen infrarroja tomada por el telescopio espacial Spitzer de la NASA.
En las imágenes de luz visible, la nebulosa tiene una distintiva silueta con forma de caballo oscura y polvorienta, pero cuando se ve a la luz infrarroja, el polvo se vuelve transparente y la nebulosa aparece como un arco tenue.
La Cabeza de Caballo es sólo un pequeño rasgo en el complejo de la nube molecular de Orión, dominado en el centro de este punto de vista por la brillante nebulosa de la llama (NGC 2024). La cavidad brillante menor entre las nebulosas Halcón y Cabeza de Caballo se llama NGC 2023. Estas regiones están a unos 1.200 años luz de distancia.
Las dos cavidades talladas de salida de la Nebulosa de la Llama y NGC 2023 fueron creadas por el resplandor destructivo de reciente formación de estrellas masivas dentro de sus confines. Se las puede ver trazando una columna de polvo brillante que atraviesa la imagen.
La Nebulosa de la Llama se encuentra adyacente a la estrella Alnitak, la estrella más occidental del cinturón de Orión, vista aquí como el punto azul brillante en la parte superior de la nebulosa.
En esta imagen infrarroja de Spitzer, el azul representa la luz emitida a una longitud de onda de 3,6 micrones, y el cian (azul-verde) representa 4,5 micrones; y ambos provienen principalmente de estrellas calientes. El verde representa la luz de 8 micrones y el rojo representa la luz de 24 micrones.
Objetos relativamente fríos, como el polvo de la nebulosa, aparecen en verde y rojo. Algunas regiones a lo largo de la parte superior e inferior de la imagen, que se extienden más allá de las observaciones de Spitzer, fueron rellenados con datos del satélite Infrared Survey Explorer (WISE) de la NASA, que cubrió las longitudes de onda similares a través de todo el cielo.
