Hierro disuelto en el Atlántico Norte procede de polvo del Sáhara

Dunas en el desierto del Sahara
Foto: REUTERS
Actualizado: viernes, 4 julio 2014 19:02

MADRID, 4 Jul. (EUROPA PRESS) -

   El hierro es un elemento esencial para los seres vivos, y su disponibilidad en el agua de mar puede tener un profundo efecto sobre el crecimiento del fitoplancton y, en consecuencia, en el ciclo del carbono de la Tierra.

   Científicos han evaluado las distintas fuentes de hierro disuelto en el norte del Océano Atlántico, estableciendo que una gran parte, un 70 a 90 por ciento, tiene su origen en el polvo que sopla desde el desierto del Sahara.

   El hierro es uno de los elementos esenciales de la vida. Encontrado en enzimas como la mioglobina y la hemoglobina y el citocromo P450, el hierro es un engranaje esencial en la maquinaria  de cada célula viva. Y su escasez en el océano --unas pocas millonésimas de un gramo en un litro--, sólo magnifica su importancia como fuente de vida.

   "La razón fundamental que todo el mundo se preocupa por el hierro se debe a que limita el crecimiento de fitoplancton, como las algas, en tal vez una quinta parte del océano", dice Seth John, un investigador en la Escuela de la Tierra, Océano y Medio Ambiente en la Universidad de Carolina del Sur.

   Cuando las algas y otros fitoplancton crecen, toman dióxido de carbono de la atmósfera, convirtiéndolo en proteínas y otras moléculas a base de carbono que constituyen las células vivas. Y hace falta muy poco hierro para mantener este proceso en marcha: en una célula típica, por cada átomo de hierro hay cerca de un millón de átomos de carbono, dice John. Un poco de hierro recorre un largo camino para permitir al fitoplancton crecer y absorber el dióxido de carbono del aire.

   Saber cómo el hierro se mueve en los océanos es, pues, crucial para los científicos, con objeto de entender completamente los detalles del ciclo del carbono en la Tierra.

   John y sus colegas han pasado los últimos años trabajando para completar esos detalles. Han estado recogiendo muestras del océano y el desarrollo de sus técnicas de análisis para la cuantificación de los diferentes isótopos naturales de hierro en el agua de mar, que es un medio de rastrear los orígenes del metal disuelto.

   El hierro encuentra su camino en el agua de mar mediante una variedad de fuentes. Por ejemplo, una de las fuentes son los  sedimentos del fondo del océano, de los que el hierro se libera normalmente bajo muy poco oxígeno. Otra fuente es el polvo de la atmósfera. Con información relacionada de los isótopos hierro-56/hierro-54 , los investigadores fueron capaces de establecer, por primera vez, el origen del hierro disuelto en el agua de mar.

   John y asociado postdoctoral Tim Conway han desarrollado un método de alto rendimiento para la purificación de las muestras de agua de mar y la determinación de la relación hierro-56/hierro-54, un método capaz de manejar las casi 600 muestras que recogieron en un trayecto por el Atlántico norte.

   A partir de esas muestras, fueron capaces de mostrar en un artículo publicado en la revista Nature que la mayor fuente de hierro en el Atlántico norte, entre el 70 y el 90 por ciento, proviene de polvo que sopla desde el desierto del Sahara. Los resultados están ayudando a definir un componente muy mal entendido, pero esencial del ciclo del carbono.

   "Podría ayudarnos a entender el cambio climático del pasado, al igual que los ciclos glaciales e interglaciales," dice John. "No habría habido grandes cambios en los flujos de polvo en el océano en la época glacial, y así entender la cantidad de hierro que proviene de polvo en la época actual nos ayuda a averiguar si era un importante motor de los ciclos glaciales-interglaciales."

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