MADRID, 25 Ago. (EUROPA PRESS) - Los pulpos han sido hace tiempo una fuente de inspiración en la robótica blanda. Estas criaturas curiosas pueden realizar increíbles hazañas de fuerza y destreza sin esqueleto interno. El Octobot de Harvard es un diseño de base neumática accionado por gas a presión. Una reacción en el interior del robot transforma una pequeña cantidad de combustible líquido (peróxido de hidrógeno) en una gran cantidad de gas, que fluye en los brazos de Octobot y se infla como un globo. Para controlar la reacción, el equipo utilizó un conjunto de circuitos lógicos de microfluidos basado en el trabajo pionero del co-autor y el químico George Whitesides. El circuito, un análogo blando de un sencilo oscilador electrónico, controla cuando el peróxido de hidrógeno se descompone en gas en el Octobot.