Madrid, 21 de marzo de 2017.- El cuidado personal masculino acorta la distancia que tradicionalmente le ha separado de los hitos de belleza y cuidado femeninos. Según una investigación de la Universidad de Stirling (Escocia), aquellos hombres que utilizan de forma habitual desodorante se perciben como más hombres por el hecho de utilizarlos que aquellos que no utilizan ningún tipo de producto de belleza. Hoy, cuidar la imagen personal ha dejado de ser exclusivo de la mujer.
El cuidado personal, en las sociedades actuales, forma parte de la construcción de su identidad pública. En el caso de los hombres, asistimos al cuidado de su imagen y su proyección como uno de sus atractivos. Tal es así, que ya tiene hasta nombre propio: male grooming.
El hombre de hoy dedica tiempo y recursos a cuidar su cabello, la barba, el aroma que desprende o la moda y complementos de su día a día. Las nuevas tecnologías y las nuevas relaciones sociales hacen posible la liberación de estilos del hombre.
No obstante, a nivel mundial, el índice de penetración de los productos y servicios de belleza para hombres es ocho veces inferior al volumen de negocio que mueve el sector de la belleza para mujeres, si bien es cierto que las distancias se van acortando año tras año.
Metrosexualidad, ubersexualidad, retrosexual, hipster y muppies
Los metrosexuales se pusieron de moda en los primeros años del siglo XX, de la mano de algunas celebridades del momento como el futbolista galáctico David Beckam y otros muchos que se dejaron seducir por cierta feminización de la imagen masculina: cara completamente rasurada, depilación casi integral de todo el vello, arreglo de las cejas, uso de cremas para cara y cuerpo.
En muchos casos, estos hombres metrosexuales invertían más tiempo y dinero en su cuidado personal que sus respectivas parejas femeninas. De esta época son tendencia los tratamientos con microfibras capilares para disimular la alopecia. Este tipo de fibras capilares KPF refuerzan el volumen del pelo existente y le otorga más fuerza.
El ubersexual, por su parte, cuida su estética pero no se obsesiona con si tiene más o menos vello o si este o aquel complemento está pasado de moda. Para el ubersexual, cuidarse sí, pero sin que ellos reste un ápice de masculinidad. Si nos retrotraemos en las tendencias del pasado, el ubersexual de hoy es el dandy que conquistaba corazones al principio del siglo XX.
Así pues, el hombre que se considera o que se puede categorizar -con todas las precauciones que corresponden- con el estilo ubersexual, utiliza productos de peluquería para el cuidado del cabello pero sin entrar en la obsesión de aplicarse este u aquel producto, como por ejemplo comprar kerastase para el tratamiento de un vello débil que amenace caída.
El spornosexual está constituido por aquellos hombres que viven el cuidado de su aspecto físico como algo prioritario en la definición de su personalidad. Para este hombre, su cuerpo es su particular templo: lo muestra orgulloso con ropas que marcan o que dejan ver directamente el resultado de un cuidado y entrenamiento muy marcados.
Frente a estas corrientes de cierto narcisismo, se identifican dos nuevos polos de estilo masculino. Por una parte, el retrosexual hace de la masculinidad como bandera. A diferencia del imberbe metrosexual, el retrosexual se vanagloria del vello que posee, lo luce con estilo.
Hay quien identifica al retrosexual con cierta dejadez personal, si bien algunos de los que voluntariamente se engloban en este grupo masculino insisten en que el hecho de no pasar horas delante del espejo, no cuiden la imagen que transmiten tanto con su aseo personal como con los complementos que eligen.
Por ejemplo, destacan que seleccionan minuciosamente su vestuario laboral. La elegancia se impone hasta en las mochilas y maletines para portátil. El último grito en este tipo de complemento laboral son las Fjällräven Kanken,
El hipster, una de las últimas tendencias que más longevidad está demostrando -hasta llegarlo a considerar como un estilo-, busca un modo de vida diferente. Se reconocen por sus tupidas barbas, sus camisas floradas y su aire retro. Precisamente ese gusto por las barbas frondosas ha provocado el resurgir de las muy de moda hoy barberías como barberiapamplona.es, una tximak barbershop que combina el servicio a los hípster y hombres que quieren cuidar su imagen comenzando por el pelo con un centro de ocio y entretenimiento.
El Normscore, por su parte, tiene como gran representante -todos los estilos tienen un icono que los identifica y que ejerce como difusor de marca- en Mark Zuckerberg. Su identidad: pasar desapercibidos. ¿Cómo? Con ropa que podría considerarse como de calle pero que tiene estilo. Esta tendencia, paradójicamente, se autodefine como una huída de toda tendencia. Lo cierto es que desde 2014 está marcando estilo en un grupo de la población masculina que entiende que antes de llamar la atención por su imagen debe hacerlo desde lo que puede aportar a la sociedad
Finalmente, y también dentro de esta tendencia de sostenibilidad, nos encontramos con el último estilo de belleza y modo de vida masculino. En este caso, los muppies son los que se han dado en llamar los nativos digitales para quienes los complementos tecnológicos forman parte de su ser pero para quienes el consumo responsable y la acción emprendedora tienen una predominancia en sus gustos de belleza y estilo de vida. Siguen las modas de cada momento pero las adaptan a su filosofía. Son emprendedores por naturaleza y cuidan su imagen pero en un término justo.
La belleza, como concepto abstracto, está igualando poco a poco a mujeres y hombres. Las tendencias vienen y van. Solo los estilos permanecen. Así lo creía Channel.
Emisor: Promonet SL
