Chamorro y Bevilacqua vuelven a la carga en 'La estrategia del agua'

Actualizado: miércoles, 3 marzo 2010 18:10

MADRID, 3 Mar. (EUROPA PRESS) -

La crudeza de la crisis provocada por la ausencia de moral, las funestas consecuencias de las rupturas matrimoniales y la trastienda del sistema judicial español copan las páginas de 'La estrategia del agua' (Destino), la nueva novela de Lorenzo Silva, protagonizada por su ya clásica pareja de guardias civiles, Bevilacqua y Chamorro.

"Hay jueces en este país que no asumen sus responsabilidades", explicó Lorenzo Silva, quien tras pasar diez años de su vida en trabajando en la abogacía, asegura, que en privado, le han reconocido que "hay jueces en este país que deberían estar incapacitados por enfermedad mental".

"La justicia en España tiene muchos problemas y es evidente que no funciona bien", alegó este autor, para quien hay jueces de este país "que no asumen sus responsabilidades" y otros "han buscado excusas para comportamientos extraños (de otros jueces) y eso es un error.", advirtió.

En esta novela, Lorenzo Silva ha intentado hablar de los jueces porque asegura que son personajes que apenas aparecen en las novelas, y sin embargo, pueden ser personajes "fascinantes e interesantes". En este sentido, precisó que un juez decide "casi todo lo importante" cuando aparece un cadáver. "La realidad española suministra historias judiciales de sobra", alegó.

Así, en las páginas de 'La estrategia del agua' aparece un juez que "absuelve a un asesino"; una alta magistrada que irrumpe en un caso de escuchas o una jueza que también "es capaz de hacer funcionar el sistema", indicó este autor.

Con esta novela, Lorenzo Silva (Madrid, 1966) continúa su serie policíaca protagonizada por los investigadores Chamorro y Bevilacqua, formada por 'El lejano país de los estanques' (Premio Ojo Crítico 1998), 'El alquimista impaciente' (Premio Nadal 2000), 'La niebla y la doncella', 'Nadie vale más que otro' y 'La reina sin espejo'.

DECEPCIONANTE SISTEMA JUDICIAL

La trama de 'La estrategia del agua' parte tras una decepcionante experiencia con el sistema judicial, que ha puesto en libertad a un asesino al que había detenido después de una larga investigación, el brigada Bevilacqua, alias Vila. Este investigador ahora se enfrenta al nuevo caso que le ocupa: un hombre llamado Óscar Santacruz, que ha aparecido con dos tiros en la nuca en el ascensor de su casa. Parece el "trabajo" de un profesional, lo que se antoja desmesurado dada la poca trascendencia de la víctima, que tiene algunos antecedentes menores por tráfico de drogas y violencia de género. Vila y su compañera, la sargento Chamorro, afrontan la tarea, muy a regañadientes por parte de Vila.

Pero a medida que avanza el caso, Vila empieza a encontrar "ecos de su propia vida" al descubrir que el hombre asesinado estaba luchando por ejercer su custodia como padre.

Asimismo, Lorenzo Silva puntualizó que en el origen de esta novela hay una historia real y que las cosas más "terribles" han ocurrido en la realidad e incluso hay una historia "pendiente de juicio". No obstante, matizó que ha recurrido a la ficción, creando personajes y diálogos, para no "interferir en el drama de otras personas".

BASADA EN UN CASO REAL

En este sentido, aclaró que su historia no está basada ni en la historia de Miguel Ángel Salgado, ni en la 'operación garaje', ni en la historia de las personas que están en la cárcel, sino que surgió tras apreciar "el sacrificio personal" de los protagonistas. "He querido ir a la esencia, no a las anécdotas", precisó este autor, que ha publicado títulos como 'Noviembre sin violetas', 'El ángel oculto', 'Carta blanca' (Premio Primavera 2004) y 'La flaqueza del bolchevique', que fue finalista del Premio Nadal 1997.

Además, según el autor, debajo de toda la trama, subyace la decadencia moral de las personas en sus relaciones íntimas y familiares y el conflicto que se produce cuando se aborda la custodia de un niño tras una ruptura matrimonial y no se hace "de manera noble".

Asimismo, denunció que se ha instalado en la sociedad "la mala leche" y la "melancolía" y la gente está "muy rabiosa y enfadada" debido a la crisis. "Vivimos en un país radicalmente antitético que sólo se puede sentar en el G20 si le invitan o le hacen un favor", señaló.

"Pero todos somos corresponsables de la situación", alegó el autor, quien aseguró que nuestra "decadencia económica" nace del "autoengaño" y de haber "apostado mucho por una riqueza ficticia y falsa, muchas veces delictiva" ya que mafias rusas o la camorra han traído "sacas llenas de dinero, que no podía ser limpio y nadie les ha preguntado cómo lo han juntado", concluyó.