MADRID, 12 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Palestina ha acusado este martes a las autoridades de Israel y al Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), que controla la Franja de Gaza, de la crisis humanitaria existente que en enclave palestino.
En su comunicado, ha tildado de "mentiras engañosas" las afirmaciones que apuntan a que los problemas de Gaza derivan de su decisión de congelar los pagos de salarios a los funcionarios y ha recordado que el enclave es objeto de un bloque desde hace once años y ha sido escenario de tras ofensivas militares por parte del Ejército israelí.
Asimismo, ha cargado contra Hamás por lo que ha descrito como un "golpe negro" por su toma del control de Gaza en 2007 tras los enfrentamientos que estallaron a raíz de las elecciones de 2006, en las que se impuso el grupo islamista.
En este sentido, ha manifestado que las políticas de recaudación de impuestos de Hamás "sirven a sus beneficios y suponen una carga para la población" y ha criticado al grupo por "comerciar con combustible y material destinado a la reconstrucción".
El Gobierno palestino ha puntualizado además que el grupo "usa la electricidad para sus propósitos (...) y controla los pasos fronterizos y el movimiento de personas y bienes", según ha informado la agencia palestina de noticias WAFA.
Así, ha argumentado que ha hecho "todo lo posible" para reconstruir Gaza tras las ofensivas militares israelíes "a pesar de los grandes obstáculos puestos en el camino y el descenso de la ayuda internacional".
Por último, ha pedido a la población que "permanezca unida ante el mandato de Hamás en Gaza" y que "ayude al Gobierno a tomar el control de todos los sectores en la Franja".
Hamás y Al Fatá sellaron el 12 de octubre de 2017 en El Cairo un histórico acuerdo con el que aspiraban a volver a aunar políticamente Cisjordania y la Franja de Gaza, tras una década de división.
Sin embargo, el acuerdo no ha sido aplicado en su totalidad y Hamás sigue controlando el enclave, en medio de un deterioro de la situación humanitaria y ante la represión israelí de las protestas de las últimas semanas, que se han saldado con más de 120 muertos.
