Actualizado: miércoles, 9 marzo 2016 0:14

La ONG denuncia que "los niños están pagando el precio de la inacción del mundo"

MADRID, 9 Mar. (EUROPA PRESS) -

Más de 250.000 niños viven en áreas sitiadas dentro de Siria bajo los bombardeos, los ataques aéreos y las bombas de barril, según un nuevo informe publicado por Save the Children, en el que se denuncia no solo los efectos psicológicos que esto tiene sobre ellos sino también la falta de alimentos y atención sanitaria que suele ir aparejada.

La ONG ha entrevistado a 125 madres, padres y niños a través de 22 grupos focales para elaborar 'Infancia bajo asedio', en el que se recogen testimonios que presentan una "imagen desoladora de la vida cotidiana en las ciudades sitiadas de Siria".

Los menores han relatado que viven con miedo permanente a sufrir un ataque y los padres y madres han contado que la actitud de sus hijos ha cambiado y se ha vuelto más introvertida, agresiva o estaban más deprimidos, ha explicado la organización.

Asimismo, Save the Children ha podido constatar que los médicos están operando a la luz de las velas, que faltan medicinas y que hay bebés enfermos que mueren en los puestos de control, mientras que muchos niños se ven obligados a comer hojas hervidas y pienso para animales en su única comida diaria.

Por su parte, los docentes hablan de escuelas que se instalan en subterráneos para proteger al alumnado de las bombas y los francotiradores disparan a quienes intentan escapar.

"El miedo ha tomado el control. Ahora los niños esperan su turno para que los maten. Incluso las personas adultas ya solo esperan que alguien los mate", ha contado a la ONG Rihab, una madre de la zona este de Ghuta, cerca de Damasco.

Los bombardeos se han convertido en algo cotidiano para los niños, para quienes como Anas, que también vive en Ghuta, "los días son todos iguales, lo único nuevo que ocurre es cuando llega otro bombardeo", al tiempo que reconoce que se sigue "asustando mucho y no logramos acostumbrarnos a ellos".

FALTA DE COMIDA, AGUA Y MEDICINAS

La investigación llevada a cabo por Save the Children en ocho zonas sitiadas de Siria ha permitido constatar también una carencia generalizada de comida, agua potable, medicamentos y atención médica, que tiene consecuencias mortales.

Así, los testigos han relatado casos de niños muertos por falta de medicamentos o de acceso a atención médica, de una reducción en el número de ingestas de comida al día al menos a la mitad e incluso de casos de niños muertos por desnutrición y causas relacionadas con el hambre.

Save the Children ha denunciado que pese a que desde 2014 el Consejo de Seguridad de la ONU ha aprobado seis resoluciones pidiendo el libre acceso a la asistencia humanitaria en Siria, el número de personas que viven en zonas sitiadas ha aumentado más del doble en el último año.

En este sentido, ha subrayado que los esfuerzos de las últimas semanas por hacer llegar a asistencia a estas zonas aunque bienvenidos, solo han permitido suministrar "una mínima parte de lo que se necesita".

Según la ONG, sigue sin permitirse transportar en los convoyes algunos medicamentos esenciales, combustible y alimentos de alto valor nutricional, y continúa sin permitirse la salida de personas para recibir tratamiento médico. Mientras no se logre pleno acceso a la zona no es posible garantizar que la ayuda llegue a las personas que más lo necesitan, ha añadido.

LOS NIÑOS ESTÁN MURIENDO

"Los niños están muriendo por falta de alimentos y medicinas en lugares de Siria que se encuentran a pocos kilómetros de almacenes en los que se amontona la ayuda", ha lamentado en un comunicado el director general de Save the Children, Andrés Conde, denunciando que "los niños están pagando el precio de la inacción del mundo".

"Ya basta. Después de casi cinco años de conflicto en Siria es hora de acabar con los asedios", ha reclamado. Desde la ONG han recordado que la principal responsabilidad del sufrimiento de los niños de Siria recae en las partes en conflicto.

Por ello, les han instado a que pongan fin a los asedios, a que permitan de modo inmediato el acceso permanente y sin restricciones a la ayuda humanitaria en todas las zonas y a que terminen los ataques contra escuelas, hospitales y otras infraestructuras civiles esenciales.

Por último, desde Save the Children han reclamado a la comunidad internacional que haga "mucho más para que las partes implicadas rindan cuentas, se garantice el pleno y libre acceso de la ayuda humanitaria y se evite utilizar esta ayuda como moneda de cambio en las negociaciones políticas".

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