MADRID, 15 Ene. (EUROPA PRESS) -
El Grupo Municipal de IU en Madrid consideró hoy que la figura de los mediadores contra el ruido, personas contratadas por el Ayuntamiento para convencer a los clientes de los locales de ocio nocturno de que mantengan el ruido a niveles adecuados para no molestar el sueño de los vecinos, son "una tomadura de pelo del alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, para despistar su incompetencia", una definición para la que incluso ha creado un término: 'gallardonada'.
Tras el anuncio realizado hoy por Gallardón de su decisión de implantar esta figura como medida correctora contra el ruido y para evitar tener que cerrar locales del centro, el edil de IU responsable de Seguridad, Ángel Lara, apuntó que "sólo del desconocimiento más absoluto o desde la total falta de vergüenza política se puede ahora sacar a la luz una figura que no tiene ninguna viabilidad".
"El alcalde se ha ganado por méritos propios un vocablo propio para definir estas ocurrencias limítrofes en la tomadura de pelo que se saca de la manga cuando resurge un problema con el fin de ocultar su incompetencia para resolverlo", opinó el concejal, recordando que "los agentes de movilidad o de los controladores del SER se enfrentan a problemas de seguridad porque no tienen condición de autoridad".
Para empeorar las cosas, "ahora se pretende poner en la calle por la noche a estas personas con el único aval para su eficacia que el optimismo del alcalde". "Una cosa es ser optimista y otra bien distinta ser irresponsable", subrayó.
Así, el concejal se preguntó qué tipo de función desempeñarían estos individuos: "¿Estarían por todas las zonas de ocio? ¿Patrullarían o estarían a la puerta de cada local? Porque eso haría necesarios miles de efectivos. ¿Quién los pagaría? ¿En qué condiciones trabajarían?", inquirió.
"Para todas estas preguntas simplemente no hay respuesta porque, como siempre, aquí no se trata de solucionar los problemas sino de ganar titulares de prensa para despistar la atención", añadió Lara, recordando el "nulo efecto" de la campaña 'Diviértete sin molestar', "que preveía la implantación de una especie de misioneros antibotellón para convencer a los jóvenes de que no bebieran en la calle".
"Basta con darse una vuelta por algunos parques de la ciudad para calibrar la eficacia de estas medidas que, por cierto, ni siquiera sabemos cuánto duraron", concluyó el edil.
