MADRID, 28 Abr. (EUROPA PRESS) -
Las principales asociaciones de guardias civiles denunciaron hoy que el Ministerio del Interior ha paralizado el Consejo del Instituto Armado, que actúa como órgano de mediación entre las organizaciones y la Administración y que se puso en marcha hace apenas tres meses. Por ello, amenazaron con convocar nuevas movilizaciones de cara a las elecciones europeas que tendrán lugar el próximo 7 de junio y reabrir así el conflicto interno con el Gobierno.
El ministro Alfredo Pérez Rubalcaba presidió la reunión constitutiva del Consejo el pasado 12 de febrero, órgano concebido para gestionar las reivindicaciones profesionales y el funcionamiento de la Guardia Civil y que cuenta con quince vocales de las distintas escalas, elegidos en los comicios celebrados el 22 de enero. Sin embargo, tres meses después, el Consejo todavía no ha aprobado su reglamento de funcionamiento y, en consecuencia, los guardias civiles "siguen sin notar" las mejoras prometidas.
Entre otras peticiones, los agentes reclaman una mejor coordinación entre las Fuerzas de Seguridad, un catálogo de puestos de trabajo y prestaciones similares a las de la Policía en asuntos como la jornada laboral, la duración de los servicios y la regulación de las vacaciones. Asimismo, exigen una nueva normativa de riesgos laborales, la unificación de escalas y la puesta en marcha de políticas de igualdad y de conciliación de la vida familiar y laboral.
"Simple y llanamente queremos lo que el Parlamento aprobó en la Ley Orgánica de Derechos y Deberes de 2007", subrayó el secretario general de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), Alberto Moya, aludiendo así a la Ley Orgánica 11/2007 aprobada en marzo de 2007 y que preveía la regulación del nuevo Consejo.
"POLÍTICA DE REPRESIÓN"
En rueda de prensa, las asociaciones, que integran el Consejo de la Guardia Civil y que representan a más de 70.000 agentes, calificaron la "tomadura de pelo" que supone este nuevo órgano y que se debe enfrentar al "búnker" de la Dirección General y de la Administración. "Sólo recibimos promesas incumplidas y sanciones", denunció Moya, que puso de relieve los seis expedientes incoados a guardias civiles participantes en la manifestación del pasado 18 de octubre.
Tras criticar la "política de represión" ejercida, a su juicio, por el director general de la Policía y la Guardia Civil, Francisco Javier Velázquez, sentenció: "Estamos hartos de injusticia, de olvido y de ninguneo".
Desde la Unión de Guardias Civiles, Mariano Casado expuso el "hartazgo" de los agentes que soportan a Velázquez, a quien definió como "una especie de holograma", y que es el responsable de que "se amordacen" los derechos de los miembros del Instituto Armado. Asimismo, adelantó que los integrantes de su asociación saldrá a la calle "las veces que hagan falta" y aunque tengan que cubrirse "con capuchas". "Y que después vengan sus amigos a identificarnos a todos", ironizó.
"El PSOE estuvo muchos años en la clandestinidad y sabe lo que es pasarlas canutas. Este Gobierno ahora nos da la impresión de que todo lo que aprendió en la clandestinidad nos lo está haciendo a nosotros porque nos está reprimiendo", expuso.
OFICIALES Y SUBOFICIALES
El presidente de la Unión de Oficiales, Francisco García, hizo un llamamiento al Gobierno al que pidió "revisar las sanciones y expulsiones" que la actividad representativa produjo "a lo largo de la historia de la Guardia Civil" y que, de esta forma, se estudie individualmente el caso de cada afectado.
A su juicio, Velázquez "está asesinando el Consejo nada más nacer" mediante "el mantenimiento agonizante" de los expedientes a varios vocales. "Esto no hace más que alimentar la creencia de que cualquier acuerdo que se adopte estará bajo la sospecha de ser fruto de la coacción y nacerá viciado y con falta de credibilidad", manifestó.
Por último, el presidente de la Asociación de Suboficiales de la Guardia Civil (Asesgc), José Francisco Silva, enfatizó que "no soportarán más otro engaño a través del Consejo" y advirtió que si este órgano no sale adelante "se va a producir una quiebra irreparable" en el seno de la Benemérita.
