MADRID, 25 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un 58 por ciento de los profesores y un 69 por ciento de padres abogan por que la seguridad vial sea una asignatura obligatoria en la educación de sus hijos, según se desprende del 'I Barómetro de la Educación Vial en España', elaborado por la Fundación Mapfre. En este sentido, un 21 por ciento de los docentes creen que este paso sería la forma de mejorar los conocimientos de los niños en esta materia.
La Ley de Educación obliga a la inclusión de la educación vial en los centros educativos. Aún así, el barómetro apunta que uno de cada tres profesores no ha participado nunca en un programa específico sobre la materia.
En el caso de que sí participen, en casi un 60 por ciento la información llega a los alumnos a través de la policía local, una iniciativa que en el 59,3 por cierto parte del propio cuerpo de seguridad; algo más de un 15 por ciento del propio centro; casi un 9 por ciento de fundaciones y ONGs; y un 5 por ciento de la Administración; mientras que el 10 por ciento restante, de otras fuentes.
En este sentido, la Fundación Mapfre destaca la falta de formación de los educadores en materia de educación vial, ya que sólo un 19 por ciento asegura haber dedicado su tiempo a formarse en este ámbito. "Nos queda un 81 por ciento que recorrer", ha declarado Jesús Monclús, responsable del Área de Prevención y Seguridad Vial de la fundación.
Preguntados los profesores cómo mejorar los conocimientos actuales de seguridad vial entre los más pequeños, el 21 por ciento aboga por instaurar una asignatura obligatoria de la materia, mientras que un 18 por ciento apunta que solamente con aumentar las horas de prácticas sería suficiente. También señala el 13 por ciento la necesidad de aumentar el número de horas dedicadas al tema en jornada lectiva, mientras que un 12 por ciento apunta hacia la necesidad de mejorar los medios y materiales empleados.
Monclús ha reconocido que "estaría encantado" de la posibilidad de "una asignatura obligatoria de seguridad vial en los colegios", pero, de momento, sólo la contemplan como una alternativa, ya que, según la ley ya es una materia obligatoria, así que su principal cometido actualmente es que "existan mejores herramientas para su mejora".
IMPLICACIÓN DE LAS FAMILIAS
Del mismo modo, se ha referido a la importancia de las familias para la educación de los menores en esta materia. "Al final los niños van a hacer lo que los padres les enseñen", ha declarado. De ahí la preocupación de la fundación ante uno de los resultados del baremo que determina que el 40 por ciento de los padres ha cometido alguna infracción ante sus hijos.
En cuanto a las normas menos respetadas, los padres fallan en los límites de velocidad, la colocación del cinturón de seguridad y el uso del móvil al volante. "Son las infracciones con mayor porcentaje de implicación en los fallecimientos en carretera", ha advertido Monclús.
De aquellos que sí cumplen las normas, un 65 por ciento de progenitores dice que las respeta "siempre", un 37,9 por ciento las "respeta más en presencia de sus hijos" y un 1 por ciento "sólo en viajes largos", unos resultados "insuficientes" para Monclús que ha señalado que "los padres deberían cumplirlas siempre".
Preguntados por si participan en la educación vial de sus hijos, un 50 por ciento de los padres apunta que sí, y entre las principales enseñanzas que realizan están las relacionadas con los propios niños: colocación de los sistemas de retención o la colocación del casco.
Desde la fundación, se ha lanzado el mensaje del descenso de la siniestralidad mortal de los jóvenes entre 20 y 30 años "el segmento al que más van dirigido los programas de educación vial en los últimos años".
En este sentido, se ha referido a la importancia de la educación "por la clara relación causa-efecto que existe" sobre todo en el caso de los más pequeños, entre el grado de conocimientos y comportamientos seguros y ha señalado que la familia es la clave a la hora de transmitir y reforzar conceptos básicos. "Lo que los padres decimos a nuestros hijos que hagan o lo que nos ven hacer, queda grabado en su cerebro para el resto de su vida", ha concluido.
