ROMA, 5 Ago. (EUROPA PRESS) -
El Papa Francisco ha pedido a los jóvenes que no pierdan tantas horas en chatear en Internet, hablar por el teléfono móvil o ver telenovelas pues, a su juicio, las nuevas tecnologías mejoran la calidad de vida pero también "distraen" de lo verdaderamente importante.
"Tantos jóvenes pierden tantas horas en chatear en Internet, con el teléfono, las telenovelas. Los productos del progreso tecnológico mejoran la calidad de la vida pero distraen la atención de aquello realmente importante", ha advertido.
Así lo ha indicado Francisco a un grupo de más de 50.000 monaguillos procedentes de Alemania, Austria y Suiza a los que ha recibido en audiencia este martes. Tras la homilía del Papa, pronunciada en alemán, los jóvenes le han preguntado cómo pueden organizar su tiempo para emplearlo tanto en su labor como monaguillos como en otras actividades.
Atendiendo esta cuestión, el Pontífice ha destacado que es necesario "organizarse", algo en lo que, según ha indicado, los alemanes no tienen problema, y distribuir el tiempo de forma "equilibrada". En este sentido, ha recordado que en la vida falta tiempo pero el tiempo es "un don de Dios y hay que emplearlo en acciones buenas" y en acordarse de Dios "que ama y acompaña".
El Papa Francisco ha invitado a los jóvenes a hablar del amor de Jesús no solo en sus parroquias sino sobre todo fuera de ellas, porque gracias a su "espontaneidad, coraje y entusiasmo" pueden comunicarse más fácilmente con sus coetáneos que están "alejados" de Dios.
"Los jóvenes tenéis un rol particular, hablar de Jesús a vuestros coetáneos no solo en la parroquia, sobre todo a los de fuera. Con vuestro coraje, entusiasmo y espontaneidad, podéis llegar más fácilmente a la mente y corazón de quienes están alejados. Tantos chicos de vuestra edad tienen una gran necesidad de oír que Jesús les ama y perdona", ha precisado.
Sobre el lema de la peregrinación de monaguillos que organiza cada año la diócesis de Alemania --'¡Libre! Por eso es lícito hacer el bien'--, el Papa ha señalado que la libertad es "el gran don de Dios" pero ha precisado que son necesarias "una orientación, unas indicaciones, unas reglas, tanto en la sociedad como en la Iglesia" que ayuden a cumplir la voluntad de Dios. También ha advertido de que la libertad puede convertirse en esclavitud del pecado.
