SEVILLA, 10 Abr. (EUROPA PRESS) -
Organizaciones ciudadanas, ecologistas, agrarias y de defensa de los consumidores agrupadas en la Plataforma Andalucía Libre de Transgénicos (PALT) celebran la cuarta semana andaluza de lucha bajo el lema 'Con soberanía alimentaria, sin transgénicos'.
De esta manera denuncia la entrada de transgénicos en la agricultura y alimentación andaluza, y alientan a la sociedad andaluza a sumarse a esta acción contra los transgénicos, del 10 al 22 de abril en los municipios de Málaga, Córdoba, Granada, Almería, Sevilla y Galaroza (Huelva), entre otros.
En una nota, la PALT ha indicado que actualmente España es el único país de la Unión Europea que cultiva transgénicos comerciales a gran escala, además de acoger gran parte de los experimentos con transgénicos al aire libre que se realizan en Europa.
En el caso concreto de Andalucía, apuntan que organizaciones andaluzas llevan "años" exigiendo que la Junta de Andalucía manifieste qué política "real y concisa" va a tener frente a los transgénicos y garantice el derecho a la información de personas consumidoras y productoras respecto a la situación real de la agricultura y alimentación transgénica en Andalucía, así como que haga efectivas las propuestas realizadas desde "hace más de dos años".
En este sentido, piden la modificación del Decreto que regula el Comité Andaluz de Control de Organismos Modificados Genéticamente para abrir la participación de los agentes sociales; la creación de un registro público andaluz de localización de parcelas cultivadas con transgénicos; prohibir los cultivos transgénicos en Espacios Naturales Protegidos y en zonas donde la producción ecológica tiene una presencia importante y de interés social y económico; establecer un régimen de responsabilidad estricta acorde con el principio "quien contamina paga" y v) Realizar un estudio sobre la correcta aplicación de la normativa de trazabilidad y etiquetado de los organismos modificados genéticamente.
Asimismo, advierten de que los transgénicos "no son la solución a los problemas del campo", ya que, según señalan, llevan aparejados contaminación genética, pérdida de biodiversidad de los cultivos, plagas y malezas resistentes, dependencia económica de las personas productoras, control del proceso de la alimentación por parte de las grandes empresas agroindustriales.
