Almería.- Tribunales.- (Ampl.) El fiscal pide diez años de prisión por tres delitos para el teniente del caso Roquetas

Actualizado: lunes, 12 junio 2006 14:05

Considera que, además de los acusados, la administración del Estado, como responsable civil subsidiaria, debe indemnizar a la familia

ALMERIA, 12 Jun. (EUROPA PRESS) -

El fiscal pide en su escrito de conclusiones provisionales una pena de diez años de prisión para el teniente Rivas por los delitos de atentado grave contra la integridad moral, lesiones y homicidio imprudente, en el caso del agricultor Juan Martínez Galdeano fallecido en el Cuartel de la Guardia Civil de Roquetas de Mar (Almería) el pasado 24 de julio.

Concretamente, para el teniente Rivas que era, además, el jefe del Puesto de la Guardia Civil, el fiscal solicita tres años de prisión por homicidio imprudente; dos años y seis meses por atentado grave contra la integridad moral y cuatro años y seis meses por un delito de lesiones.

Según el escrito, al que tuvo acceso hoy Europa Press, para cada uno de los otros siete guardias civiles supuestamente involucrados en los hechos, el ministerio público pide dos años y seis meses por el delito de homicidio imprudente; dos años por atentado grave contra la integridad moral y tres años y seis meses de prisión por un delito de lesiones.

El fiscal ha tenido en cuenta la concurrencia de la circunstancia agravante de abuso de superioridad en los delitos de lesiones y homicidio imprudente.

Además, considera que los acusados, conjunta y solidariamente, y la Administración del Estado, como responsable civil subsidiaria, deben indemnizar a la viuda en la cantidad de 80.000 euros y al hijo del fallecido en 15.000 euros.

Según el escrito del fiscal, los hechos tuvieron lugar sobre las 16.15 horas del 24 de julio de 2005. Juan Martínez Galdeano, tras su implicación en un accidente de tráfico acaecido en el casco urbano del municipio se dirigió, con la intención de pedir auxilio, a las dependencias de la Guardia Civil, ya que era perseguido por varios individuos ocupantes del otro vehículo involucrado en el accidente.

En el Puesto se encontraban el teniente Rivas y otros siete guardias, entre ellos, un funcionario en prácticas. Martínez Galdeano permaneció en el interior de las oficinas mientras los guardias intentaban disuadir a sus perseguidores, que se encontraban agolpados en la valla del Cuartel, para que cesaran en su actitud y se trasladaran a las dependencias de la Policía Local, competente en ese tipo de siniestros.

Por su parte, según añade el escrito, Martínez Galdeano también intentó marcharse al ver que esas personas se retiraban, si bien uno de los agentes le ordenó que permaneciera dentro para evitar nuevos enfrentamientos. Este hizo caso omiso y, tras propinar un empujón al guardia, salió corriendo, siendo perseguido por ese agente y por un compañero.

Le dieron alcance a la altura de los aparcamientos del Cuartel y, aunque Martínez Galdeano oponía siempre una gran resistencia a la actuación de los agentes, lograron retenerlo. El agricultor llegó a asirse al mástil de la bandera para evitar ser introducido de nuevo en las oficinas.

GRILLETES EN LAS MUÑECAS

Ante el tumulto que se había originado, el teniente Rivas, quien se encontraba en su domicilio situado en el acuartelamiento y fuera de servicio, acudió para ver lo que ocurría, así como una patrulla que llegaba en ese momento a las dependencias. Tras dialogar varios de los agentes con Martínez Galdenao para que depusiera su actitud, procedieron a su detención y le colocaron los grilletes en las muñecas.

A continuación, cinco guardias intentaron introducir a Martínez Galdeano en un vehículo oficial a lo que éste se opuso, iniciándose un nuevo forcejeo entre los seis. Un agente fue mordido por Martínez Galdeano y otro lesionado en la mano por una patada de éste.

Mientras el detenido permanecía en el suelo, intentando ser reducido por parte de los guardias civiles, el teniente Rivas salió de nuevo "portando en una mano una defensa metálica extensible y en la otra una defensa eléctrica, ambos instrumentos no reglamentarios".

Ordenó, asimismo, a sus subordinados que se retiraran del detenido, que se encontraba esposado y caído en tierra, y "comenzó a golpear --a Martínez Galdeano-- de manera reiterada y sucesiva con golpes de defensa y descargas alternativas".

Como el agricultor seguía resistiéndose, "los ocho agentes acusados retuvieron y golpearon al detenido mientras permanecía de cúbito supino caído en el suelo, inmovilizadas sus extremidades mediante los grilletes colocados en las muñecas y un lazo de seguridad en los tobillos". Asimismo, fue usado sobre el detenido un spray de defensa.

"Tras continuos golpes --continúa el escrito--, los acusados, previendo el riesgo que suponía para su vida, giraron al detenido, quien en todo momento permanecía en el suelo, inmovilizándolo en posición decúbito prono, sujetándole la cabeza, traccionando las extremidades y comprimiéndole fuertemente la espalda".

Tras permanecer el detenido inmovilizado durante varios minutos, los cinco agentes que en ese momento lo sujetaban --ya que el resto se había trasladado al centro de salud para ser curados de las lesiones causadas-- "se percataron de que no respiraba", por lo que comenzaron a practicarle maniobras de reanimación cardiopulmonar hasta la llegada, a las 17.43 horas, del personal sanitario que certificó la muerte de Martínez Galdeano.

La causa del fallecimiento, según la autopsia, fue una "insuficiencia cardiorrespiratoria aguda causada fundamentalmente por una reacción adversa a drogas de abuso, debida a un consumo previo de cocaína y por la existencia de otros factores concausales, unos de carácter orgánico y otros relacionados con la detención, forcejeo, inmovilización en decúbito prono, dolor por los traumatismos causados, uso de spray y aplicación de defensa eléctrica que, como agentes necesarios, se asociaron a la causa principal".

Juan Martínez Galdeano tenía 39 años, estaba casado y tenía un hijo de 19 años.

El fiscal propone como pruebas durante el juicio las testificales de los guardias civiles y de médicos forenses, entre otras declaraciones, pruebas documentales y el visionado en el acto del juicio oral del DVD grabado por las cámaras de seguridad el día de los hechos en el Cuartel de la Guardia Civil de Roquetas de Mar.