Ana Julia Quezada, llegando a la audiencia para la nueva sesión del juicio contra Ana Julia Quezada por el crimen del niño Gabriel Cruz
Ana Julia Quezada, llegando a la audiencia para la nueva sesión del juicio contra Ana Julia Quezada por el crimen del niño Gabriel Cruz - Rafael González - Europa Press
Actualizado: martes, 17 septiembre 2019 16:50

ALMERÍA, 17 Sep. (EUROPA PRESS) -

La defensa de Quezada modifica y añade homicidio doloso con las atenuantes de confesión y arrebato

La acusación pide al jurado de Ana Julia Quezada que "no le tiemble el pulso": "Es una sociópata auténtica"

La fiscal ha solicitado prisión permanente revisable para Ana Julia Quezada como autora de un delito de asesinato con alevosía pero ha descartado que actuase con ensañamiento al dar muerte al niño de ocho años Gabriel Cruz porque la prueba pericial de los forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) no ha probado que aumentase de "forma inhumana el sufrimiento del menor".

   "Es terrible, cruel, a mí, como fiscal, me estremece especialmente la falta de piedad de la procesada, que posiblemente no voy a ver en otro acusado, pero no se puede mantener que hubiese un aumento deliberado de dolor o que hubiese agonía", ha sostenido ante las siete mujeres y los dos hombres que deben emitir un veredicto para añadir que, si bien el niño "sufrió, claro que sufrió", no existe esa agravante.

   La fiscal Elena Fernández, quien ha remarcado que no puede "inventarse hechos que no han quedado probados", ha desacreditado la pericial médica escuchada el lunes en sesión a puerta cerrada y aportada por la acusación particular a la causa.

   Ha destacado el testimonio "contundente" de los peritos forenses del IML que describen "un acto único" al tiempo que habla de "una fuerza desproporcionada" al taparle la boca y la nariz, "de una forma tan brutal que le provoca la muerte por asfixia". Ha ahondado en que fue "una secuencia única de ejecución de muerte sin interrupción" y que no hubo "proceso de agonía".

   "Emiten una opinión únicamente, una interpretación errónea y, con todos los respetos, osada, que solamente se justifica por un absoluto desconocimiento de la medicina forense", ha dicho tajante al hacer referencia al informe pericial de parte, tras lo que ha instado al jurado a dar "credibilidad" a la versión de "los especialistas" sobre cómo quitó la vida Ana Julia Quezada a Gabriel Cruz.

   Al hilo de esto, ha manifestado que los hematomas en la cabeza "son compatibles" con "los golpes consecuencia del propio mecanismo de sofocación" y que no hay "hemorragia masiva en el cerebro" sino un "edema que se produce por la falta de oxigeno prolongada y la resistencia que presta el niño".

VERSIÓN DE LA ACUSADA "QUE OFENDE A LA INTELIGENCIA"

   Por otro lado, la fiscal Elena Fernández ha calificado la versión que dado sobre el crimen apuntando a que no tuvo voluntad de quitarle la vida como "inaceptable, inconcebible, que ofende la inteligencia y el más mínimo sentido común" al tiempo que ha remarcado que "la única verdad" que ha dicho ha sido "que mató al niño ese día 27 de febrero de 2018 en Rodalquilar".

   "Miente hasta con la ropa y las manos manchadas de arena en el momento de su detención y su personalidad mentirosa se manifiesta desde el primer momento", ha indicado para reprochar su "angustia fingida, absolutamente falsaria, de sollozos sin lagrimas que es más por ella misma, por su situación personal una vez se dicte el veredicto".

   Al hilo de esto, ha estimado acreditada la premeditación en la actuación de la procesada de acuerdo a la testifical prestada por el tío de Gabriel y por la abuela sobre que las herramientas que empleó no están en la finca de Rodalquilar sino en la casa de Las Hortichuelas y, según ha dicho, por el conocimiento que tenía de que ningún familiar iba a ir a la finca de Rodalquilar ese día.

   "Todo le viene de cara y ese día se alinean todas las circunstancias para ejecutar ese plan criminal. Era plenamente consciente de lo que quería hacer, esperó a que se le facilitará estar a solas con el niño, el momento propicio, y ejecutó el plan con absoluta frialdad", ha asegurado.

"INTENCIONALIDAD PERVERSA Y CONSOLIDADA EN EL TIEMPO"

   La fiscal Elena Fernández también se ha detenido a explicar al jurado popular que ha quedado probada en sala una "intencionalidad perversa y consolidada en el tiempo" que ha sustentado en que mostraba "un desapego afectivo absoluto" con el niño y ha entrado en la motivación que pudo mover a Ana Julia Quezada apuntando que Gabriel "representaba un obstáculo" a su relación de pareja con el padre si bien, antes, ha matizado que los "motivos están solamente en su mente".

   "Cualquier persona con sentido común piensa ¿Quién puede matar a un niño que, nada más que en su extrema fragilidad, es digno de compasión en el ser humano?", se ha preguntado para remarcar una "inquina" también hacía la madre, Patricia Ramírez. "Ustedes han visto cómo se mostró fría e imperturbable cuando declaró la madre, en una actitud ajena a la situación de devastación y de dolor", ha añadido.

   Ha rechazado, asimismo, la colaboración alegada por la defensa ya que "era irreversible después de que la pillaran", ha recordado "que en todo momento se vio limitada en sus movimientos porque no contaba con la entrega y dedicación de la Guardia Civil y el foco mediático" y ha remarcado la actitud "proactiva" de Ana Julia para desviar la investigación hacía quien fuera su expareja.

   La fiscal Elena Fernández ha afirmado, asimismo, que ha quedado acreditada la alevosía porque Gabriel Cruz era "ajeno a la intencionalidad criminal de una persona de la que no puede esperar ningún tipo de ataque por ser de su entorno más cercano" y porque está "plenamente probada" la superioridad de estructura corporal, con unas manos robustas que llamaban la atención ya que hace un año era más corpulenta", ha apuntillado.

   "Hay alevosía sorpresiva, convivencial y con desvalimiento porque se aprovecha de un niño de ocho años que pesa apenas 20 kilos", ha remarcado.

"EXCESO" EN EL USO DE SU DERECHO DE DEFENSA

   Por último, ha trasladado que incurrió "en exceso" al hacer uso de su derecho de defensa en los once días que ocultó a los padres de Gabriel la muerte violenta de su hijo y que eso añadió dolor al "impacto de perder a un hijo en esas circunstancias tan violentas".

   "Estuvo durmiendo con el padre, comportándose con él como su sombra, y lo hizo de una manera innecesaria y que supone un total desprecio al estado emocional de la madre, contenida pese a las sospechas que tenía sobre ella para no comprometer la vida de su hijo", ha explicado. Ha matizado que no aprecia un "ánimo deliberado" de hacerlo y que, por este motivo, no la acusa de un delito contra la integridad moral como hace la acusación particular sino de lesiones psíquicas.

Más noticias