HUELVA 28 Ene. (EUROPA PRESS) -
El Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, a través de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente, ha sacado a licitación las obras para el proyecto de aportación de arena y mejora de los dispositivos de retención de la misma en la playa de Matalascañas (Almonte, Huelva), en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR).
Según el anuncio de licitación, consultado por Europa Press, el proyecto se licitará por un valor de algo más de 4,9 millones de euros (sin IVA) y las empresas tienen hasta el 25 de febrero para presentar sus ofertas. Los trabajos, que tendrán un periodo de actuación de cuatro meses, consistirán en la remodelación de nueve espigones y de aporte de 700.000 metros cúbicos de arena.
Asimismo, la memoria del proyecto recoge que la playa de Matalascañas "viene sufriendo desde hace tiempo una regresión muy destacada, con desplazamiento de cantidades masivas de arena, quedando la playa emergida en pleamar con una superficie muy reducida y en algunos tramos inexistente".
Además, la acción del oleaje "se ha cebado con el acantilado arenoso que se desarrolla inmediatamente a poniente de la urbanización de Matalascañas, erosionándolo de una forma continua y persistente". Ello viene provocando "un retroceso paulatino del frente del acantilado, además de situaciones peligrosas cuando la marea está alta y no existen espacios disponibles entre el acantilado y la orilla, además de que la parte urbana de la playa registra problemas de déficit de sedimentos en algunos tramos".
Por ello, desde el Ministerio se ha valorado aportar artificialmente arena procedente de dragado en cantidades masivas, para "asegurar la funcionalidad de la playa a corto plazo", por lo que esta aportación "permitiría el conformar un perfil que garantice una superficie de playa emergida suficiente durante las próximas temporadas, mejorando los dispositivos de retención de sedimentos actualmente existentes sobre la playa, de manera que contribuyan con más eficiencia a la permanencia sobre la misma de la arena que se aporte, sin que a la vez se produzca una merma destacada en el transporte de sedimentos a lo largo de la costa".
Por ello, la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar ha desarrollado esta estrategia para la Protección de la Costa en las zonas donde se han detectado "mayores problemas de erosión", de hecho, en el proyecto se explica que se han estudiado hasta seis alternativas.
ACTUACIONES
Finalmente, Costas se ha decantado por la remodelación de nueve de los actuales espigones para "recuperar la antigua capacidad de retención de arena del sistema". La remodelación consiste en "la elevación de las estructuras 1,50 metros sobre el nivel actual de la playa, de forma que la cota de coronación del espigón vaya descendiendo según nos alejamos del paseo marítimo, adaptándose a la cota decreciente del perfil de playa", por lo que "solo se recrecen los primeros 50 metros de cada espigón".
De este modo, "con el objeto de aumentar la estabilidad de los espigones y reducir su impacto visual", las piezas de escollera se colocarán concertadas, de forma que "queden trabadas unas con las otras, alternando en lo posible los de distinto tamaño dentro de su categoría para tratar de evitar la continuidad de juntas en cualquier plano". Además, cada espigón remodelado llevará en su extremo una señal de advertencia para los bañistas, visible durante todas las fases de marea.
Por otro lado, la actuación también contempla el relleno de arena procedente de dragado, con un volumen de 700.000 metros cúbicos. Este material se repartirá a lo largo de 3.700 metros de playa, siendo el inicio del punto de vertido el espigón norte actual, situado al inicio del paseo marítimo.
No obstante, en el proyecto se señala que la playa está mucho más erosionada en su extremo sur", por lo que, ya que "la arena tiende a desplazarse hacia el sur", se establece "un perfil de relleno más elevado en la zona norte que en la sur".
La aportación de arena procederá de bancos sumergidos de Punta Umbría y del Dique Juan Carlos I. No obstante, "dado que se siguen llevando a cabo investigaciones para la localización de zonas de préstamo de arena en el entorno del banco del Dique Juan Carlos I, es posible que se añadan más parcelas a los posibles puntos de extracción".
De este modo, Costas señala que las obras previstas "no tendrán ningún impacto negativo sobre la playa de Doñana", la cual "se encuentra en un proceso acumulativo que no ha sido afectado por ninguna de las actuaciones anteriores (espigones y paseo marítimo), ambas de mayor envergadura que la que ahora se propone".
Asimismo, la entidad indica que la remodelación de los espigones "sí puede provocar una pequeña erosión en la propia playa de Matalascañas, hasta unos pocos de cientos de metros al sur del último espigón remodelado, una vez que el relleno aportado haya sido transportado completamente hacia el Sur".