Huelva.- El Festival de Cine proyectará 'El verdugo', de García Berlanga, en homenaje póstumo a la actriz Emma Penella

HUELVA 19 Oct. (EUROPA PRESS) -

El Festival de Cine Iberoamericano de Huelva acogerá en su 33 edición un espacio en el que se rendirá tributo con la proyección de 'El verdugo' a la actriz madrileña Emma Penella --fallecida el pasado mes de agosto a los 76 años de edad--, protagonista de filmes como 'La estanquera de Vallecas' (1986), de Eloy de la Iglesia; o 'Fortunata y Jacinta' (1963), de Angelino Fons.

Bajo el título de 'In memoriam', el certamen onubense dedicará una sesión especial a la admirada actriz en la que se proyectará uno de los largometrajes que más reconocimiento le reportaron en su carrera: 'El Verdugo' (1963), de José Luis García Berlanga; un título de los muchos en los que tomó parte Penella (Madrid, 1930-2007) que, en los últimos años, obtuvo gran popularidad gracias a la televisión de la mano de series como 'Aquí no hay quien viva' o 'La que se avecina', apuntó la organización en un comunicado.

En 'El verdugo', cinta que muchos han tildado como una de las mejores películas de la industria cinematográfica nacional y que representa un alegato a la pena de muerte, compartió cartel con actores de la talla de Nino Manfredi, José Isbert, José Luis López Vázquez o María Luisa Ponte.

En la cinta también tuvo una breve aparición Joan Ferrer que, ahora, con 80 años de edad protagoniza el cortometraje documental 'El anónimo Caronte' (2007), en el que su director, Toni Bestard, repasa los escenarios mallorquines en los que se rodaron las secuencias finales de 'El verdugo' a través de la mirada de este actor amateur.

El documental de 16 minutos de duración, y que aspira a competir por el Goya a la mejor producción de su género, también tendrá su lugar en esta sesión especial, proyectándose antes del pase de la cinta de García Berlanga. En él se recoge una mirada a la vida de Joan Ferrer, originario de Ariany (Mallorca), que en sus tres minutos de aparición interpretó al guardia civil que requiere la presencia del verdugo para ejecutar a un reo condenado a muerte.