Publicado 20/07/2020 17:11

Excapitán de fragata pide "mirar atrás" para innovar, "un deseo permanente" de la humanidad

Carabela réplica de la Victoria
Carabela réplica de la Victoria - CONGRESO MAGALLANES-ELCANO

SEVILLA, 20 Jul. (EUROPA PRESS) -

El excapitán de fragata y escritor Francisco Ruiz ha reflexionado que al mirar el panorama de lo que queda por hacer, el que hay por delante para la innovación social, "conviene mirar atrás, a la tradición de nuestros mayores, que no eran tontos ni ignorantes", y así se conseguirá este "deseo permanente" de la humanidad.

Así se expresa el excapitán en un escrito consultado por Europa Press y realizado con motivo del Congreso Internacional de Innovación Social V Centenario Magallanes-Elcano, que se celebra en Sevilla entre los días 18 y 20 de septiembre y también por Internet.

Ruiz señala que nuestros antepasados "supieron poner los pilares del puente por el que nosotros avanzamos hacia el futuro", y respecto a los navegantes que participaron en la primera vuelta al mundo, liderados por Magallanes y Elcano, que fueron "parte de la tradición que conformó el espíritu de Europa" en los siglos siguiente.

De hecho, señala que "excepto para los nuevos bárbaros que, por su ignorancia y odio a la civilización, hoy destruyen las estatuas de Colón y las de otros grandes personajes", hechos como este fueron "un hito de la humanidad hacia el conocimiento, el progreso y la civilidad de los pueblos".

"Un honor que hoy en día es puesto en duda, vituperado porque a los ojos del hombre actual destacan más las injusticias que los logros alcanzados", pero "qué le vamos a hacer, cada vez hay más gente que cree que nuestros antepasados cazadores-recolectores se equivocaron cuando se hicieron campesinos asentándose en poblados para cultivar alimentos" porque "los hay que se resisten a la innovación por los siglos de los siglos", argumenta el excapitán de fragata.

Ruiz recuerda una frase expuesta en la fachada norte del Casón del Buen Retiro en Madrid: 'Todo lo que no es tradición, es copia', que le saca "una sonrisa" porque le vienen a la memoria todos los intentos que a lo largo de los siglos se dan de que ese pensamiento se produce, y "aparecen los reformistas, los regeneracionistas, los memorialistas, los novatores y muchos otros que bajo un nombre y un lema se afanan en cambiar las cosas".

A esos "adanistas, los que creen que el mundo empezó ayer, cuando llegaron ellos", les responde que "la innovación es un deseo permanente de la humanidad", pues "siempre hubo innovadores, como siempre hubo conservadores", el problema es cuando uno pretende eliminar al otro, cuando a uno de los dos caballos le molesta el otro, "entonces el carro puede volcarse y originar el desastre".

PUEDE HABER "DESVÍOS" EN LA INNOVACIÓN

El excapitán explica que la innovación apuesta por introducir la mejora en la eficacia y eficiencia en la acción de los sistemas, la organización o los productos, pero "puede tener desvíos", como que la innovación solo sea un objetivo para la mejora del beneficio económico del innovador, soslayando los intereses de la sociedad y los individuos. "Esto sería el predominio del monetarismo o de la competitividad agresiva, como es el caso de muchos estándares de publicidad que vemos a diario", apunta.

La tradición, por su parte, considera que es buena para dar estabilidad y seguridad, permite que personas y organizaciones tengan clara referencia de sí mismas y sepan cual ha de ser su comportamiento, pero también tiene sus peligros, "como el inmovilismo, la pereza para cambiar, y la reacción intransigente con la consiguiente pérdida de la carrera de ser competentes (no competitivos)".

"Ambos modelos, tradición e innovación, bien acoplados van a proporcionar la fuerza y la materia de ser un buen carro tirado por dos buenos caballos", subraya.

Ruiz punta que el camino del emprendedor va a estar "lleno de dificultades", que como las sirenas de Ulises van a tratar de engañarlo para que tome otros derroteros aparentemente más fáciles, siendo a su juicio tres los peligros a los que se enfrenta el innovador en estos tiempos, el primero de ellos, el ya mencionado adanismo, con la opción de que todo hay que cambiarlo, tomando como ejemplo de esto "los partidos políticos", cuando "escogen sus lemas en referencia al cambio, lo anterior es malo, solo lo nuevo es bueno, sin más justificación que el cambio por el cambio".

La segunda dificultad es la aceleración de los tiempos, ya que "las 24 horas del día no son suficientes" y hay una compulsión a conseguir los objetivos mercantiles sea como sea, por ello se crean los incentivos.

Por último, el tercer aviso a los navegantes es el "cortoplacismo", ya que "no puede haber proyecto innovador si no se está pensando en la herencia que les dejamos a las siguientes generaciones".