MÁLAGA, 5 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Agencia Pública para la Gestión de la Casa Natal de Pablo Ruiz Picasso y Otros Equipamientos Museísticos y Culturales ha presentado este jueves en el Centre Pompidou Málaga el proyecto 'Los frutos de las manos', ganador de la segunda edición de 'Vasos Comunicantes', una beca de comisariado y producción organizada en colaboración con DKV Seguros a través de su programa DKV Arteria.
La propuesta, dotada con 10.000 euros, ha sido realizada en estos últimos meses por la artista Paloma de la Cruz y ha estado comisariada por el artista e investigador Eladio Aguilera.
Los detalles se han dado a conocer en un acto al que han asistido el director de la Agencia Pública para la Gestión de la Casa Natal de Pablo Picasso y Otros Equipamientos Museísticos y Culturales, José María Luna; la directora general de Cultura del Ayuntamiento de Málaga, Susana Martín Fernández; la coordinadora de DKV Arteria y comisaria de la Colección DKV, Alicia Ventura; la directora de las sucursales de DKV Málaga, Córdoba y Melilla, María José Viñas; y los propios artistas.
'Los frutos de las manos' se sirve de la comunicación física entre el Museo Casa Natal Picasso y el Centre Pompidou Málaga como una analogía entre el nacimiento o inicio del recorrido (hogar) y el descanso o final del paseo (museo), como un tránsito vital-disciplinar del crecimiento del cuerpo del artista asociado a su crecimiento profesional, en su asentamiento emocional y artístico. Este proyecto refleja el poder del entusiasmo y sus consecuencias, tanto las buenas como las incómodas.
Este proyecto interviene en dos espacios con potencialidades diferentes. Por un lado, en el Museo Casa Natal Picasso se ha realizado un acercamiento discreto y relajado, procurando que el volumen físico de las obras se integre de manera suave en el entorno.
En estas paredes, con una museografía permanente que pretende ser, como su propio nombre indica, un cruce entre casa y museo, la obra de Paloma de la Cruz se entremezcla con los escenarios diseñados para imitar una arquitectura que, en lugar de parecer una casa, se asemeja más a un teatro. Todo esto conlleva una belleza dramática que se manifiesta de manera notable.
El tejido y el encaje, que atraviesa la obra de la artista, se utiliza como elementos que evocan narrativamente tiempos pasados y ajenos, pero que, a su vez, rebotan con un recuerdo cercano y cálido.
Como una suerte de movimiento contrario, en el otro extremo de los vasos comunicantes, la instalación homónima de 'Los frutos de las manos' en el interior del Cubo del Centre Pompidou Málaga, se encuentran tres cuerpos escultóricos que desembocan en conjunto en una escenografía inspirada en L'Orangerie del Castillo de Versalles, influida también por la cercana Fuente de las Tres Gracias en el Paseo del Parque de Málaga, de diseño francés, que hace de bisagra en el camino entre los dos centros.
Sobre una alfombra de tierra, en la que se aparecen tres grandes estanques que remiten a las formas de aquel emplazamiento palaciego, emergen las obras de Paloma de la Cruz como si dicho jardín artificial fuera su hábitat natural. Con una sorprendente levedad, casi mágica, las telas cerámicas creadas resurgen como cuerpos vivos, despegándose de su naturaleza estática y dejándose elevar.
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