SEVILLA, 2 Jun. (EUROPA PRESS) -
El tráfico y el consumo eléctrico generan más del 80 por ciento de las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera en Andalucía que se producen dentro del llamado sector difuso, donde se engloban las actividades del sector servicios, turístico, comercial, agroalimentario o de transporte, situadas fuera del régimen de comercio de derechos de emisiones y representan la mitad del total de las emisiones de C02.
Según explicó el consejero de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, José Juan Díaz Trillo, durante la presentación de la iniciativa 'Huella de carbono', una herramienta que mide las emisiones de gases de efecto invernadero en los municipios andaluces, en 2007 --último año del que se tienen datos disponibles-- en la comunidad se generaron 43.192.409 toneladas de C02, la mayoría de ellas provenientes del tráfico y el consumo eléctrico de los hogares.
Así, durante el 2007 el tráfico fue el responsable de la emisión de 17.372.113 toneladas de CO2, lo que supone el 40 por ciento de la totalidad de las generadas en el sector difuso. Dentro de este sector, es el tráfico de turismos y el de mercancías los que acaparan la mayor parte de las emisiones, con el 52 y el 44 por ciento, respectivamente.
Mientras, el consumo eléctrico supuso la liberación de 17.834.642 toneladas de CO2, el 41,2 por ciento. El resto de las emisiones se reparte entre los sectores de la ganadería, agricultura y residuos.
Estos datos se desprenden, según aclaró, de las emisiones del sector difuso generadas por los municipios andaluces en 2007, cuya medición ha sido posibles a través de la herramienta 'Huella de carbono' puesta en marcha por la Consejería de Medio Ambiente para controlar y hacer posible la reducción de emisiones de C02.
Tal y como indicó Díaz Trillo, esta herramienta informática permite realizar una "radiografía" de las emisiones de cada uno de los 771 municipios de Andalucía e implicar de esta manera a los consistorios en la lucha contra el cambio climático, una realidad que, pasados los primeros momentos de "incredulidad" hoy en día "nadie discute".
Señaló que la mayoría de estos municipios, más de 500, ya se han comprometido en esta lucha sumándose al Pacto Local contra el Cambio Climático, lo que supone que más del 90 por ciento de la población andaluza se encuentra acogida a algún convenio suscrito para mitigar los efectos de este fenómeno.
También apuntó que este instrumento constituye la base para la elaboración de planes de reducción de emisiones de gases contaminantes en el ámbito local y alcanzar el objetivo de disminuir las emisiones en un 20 por ciento en el año 2020.
"El objetivo que perseguimos es hacer ciudades más sostenibles y habitables, donde la mirada hacia el medio ambiente sea cada vez más exigente", apuntó, destacando que la conservación del entorno natural es una "escalera que no termina nunca, no sólo por obligación, sino porque favorece una pujante economía verde con grandes posibilidades de creación de empleo y riqueza".
Tal y como indicó el director general de Cambio Climático en Andalucía, José Fiscal, la aplicación informática de la 'Huella de Carbono' es una herramienta pionera en Europa que ofrece una imagen "muy real" de las emisiones de C02 que se producen en el sector difuso, "más complejo" de medir que el sector industrial, sujeto al Régimen de Comercio de Derechos de Emisión.
EVALUACIÓN DE EMISIONES EN 2008
Asimismo, permite un seguimiento de la evolución temporal de las emisiones, identificando la contribución de los principales sectores emisores. De hecho, a finales de este verano se presentarán los datos correspondientes a 2008, anunció Fiscal. A partir de este momento, la Consejería actualizará el inventario con periodicidad anual y lo someterá a verificación por parte de los municipios.
Los cálculos de emisiones están basados en datos estadísticos consolidados procedentes del Sistema de Información Multiterritorial de Andalucía del Instituto Estadístico de Andalucía y en datos de la propia Consejería de Medio Ambiente.
En todos los sectores se han considerado las emisiones de C02 y también, en algunos casos, las de metano (CH4), y óxido nitroso (N20), que se calculan en términos de C02 equivalente.
Para el tratamiento de los datos se han empleado diferentes metodologías sectoriales basadas en la elaboración del Inventario Nacional de Emisiones y en las guías metodológicas del IPPC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático).