Acusado de dejar en silla de ruedas a su pareja niega haberla cogido del cuello y ella se reafirma en los malos tratos

El acusado durante su declaración ante el tribunal
El acusado durante su declaración ante el tribunal - EUROPA PRESS
Actualizado: jueves, 2 julio 2020 10:22

JAÉN, 2 Jul. (EUROPA PRESS) -

El acusado de coger a su pareja por el cuello y provocarle un ictus que la ha dejado de por vida en una silla de ruedas ha negado ante el tribunal cualquier tipo de agresión durante su convivencia, mientras que ella, prácticamente sin capacidad para comunicarse, con simples noes y síes se ha reafirmado en once años de malos tratos marcados por golpes, aislamiento, insultos, quemaduras de cigarrillos y amenazas de muerte hasta con una navaja con la que supuestamente le rajaba la ropa si a él no le gustaba.

S.C.M., vecino de Linares, de 31 años, ha declarado que en sus once años de relación no hubo malos tratos, aunque sí en el último año hubo más de una discusión porque él quería abandonar el domicilio y ella "no me dejaba marcharme".

Sobre el día en el que ocurrieron los hechos, el acusado ha señalado que discutieron, pero que no la cogió por el cuello. "Discutimos porque yo me quería ir de la casa y ella que no me dejaba" y ha admitido que pudo haber forcejeo, pero "yo no la zarandeé, ni nada". "No la llegue a rozar", ha dicho el acusado, que ha reconocido que sabe la situación actual en la que se encuentra su expareja, aunque ha negado que él tuviera intención de causarle algún daño.

El procesado ha señalado que su relación de pareja era "buena" y que sólo en el último año discutieron "más de la cuenta" porque "yo me quería ir de casa y ella se oponía". Asimismo, ha dicho no saber por qué sus hijos, de 7 y 11 años, han relatado múltiples agresiones a su madre.

La víctima ha declarado por videoconferencia y asistida por una psicóloga. A consecuencia de las lesiones, su capacidad de hablar está muy mermada por lo que sólo ha podido contestar con noes y síes a las preguntas. De esta forma, ha confirmado once años de malos tratos que comenzaron desde el principio de la relación, incluso cuando ella estaba embarazada. Denunció la situación en 2016 cuando también la agarró por el cuello, pero acabó retirándola por "presiones y amenazas" de la familia de él.

Con movimientos de cabeza afirmativos ha asentido que el día de los hechos el acusado la agarró con "mucha fuerza" por el cuello, hasta que le faltó el aire. Además, ha admitido que los celos conllevaban un control férreo para que ella no se pudiera relacionar con nadie.

La que sí ha podido poner voz a su hija ha sido la madre que ha relatado más de una década de malos tratos. "La maltrataba, la pegaba y le hacía todo lo que quería", ha dicho la madre. "El que lo hace una vez, lo hace mil veces y ella lo perdonó", ha señalado refiriéndose a la primera vez que su hija denunció, pero acabó retirándola.

"El no quería que se relacionara con nadie, le dio mala vida y ahora mira como está", ha señalado la madre, que es la encargada de cuidar a los niños y a su hija a la que "hay que hacerle todo" porque "su lado derecho no lo puede mover". Asimismo, ha declarado que su hija siempre trataba ocultar las agresiones, incluso los mordiscos en los pómulos los atribuía al perro.

Vecinas y conocidas de la víctima también han declarado que escuchaban las agresiones y los insultos, así como los gritos de ellas pidiendo que no le pegara más. También han declarado testigos de la defensa que han descartado haber presenciado episodios públicos de malos tratos, aunque sí han calificado la relación de "tóxica". A las puertas de la Audiencia se ha citado el movimiento feminista para apoyar a la víctima y pedir una condena, como mínimo de 16 años, y que incluya el destierro de Linares cuando salga de prisión.

La Fiscalía pide 16 años de prisión para S. C. M. tras acusarle de agredir a su pareja, de 36 años, con la que tenía dos hijos, y dejarla en un silla de ruedas con graves secuelas de por vida.

El Ministerio Fiscal recoge en su escrito de calificación provisional al que ha accedido Europa Press, que los hechos se remontan al 15 de julio de 2018 cuando el procesado "agarró a su pareja del cuello con tal fuerza que le ocasiona la disección de la arteria carótida interna del lado izquierdo, lo que le ocasiona un ictus isquémico".

Durante diez meses, la mujer ha permanecido ingresada en diferentes centros hospitalarios, pero las consecuencias de la agresión le ha supuesto problemas para hablar y merma severa de movilidad y de la sensibilidad, además de trastorno ansioso-depresivo, entre otras graves secuelas.

Fiscalía destaca en su escrito que la víctima necesita ayuda de terceras personas y es incapaz de "realizar su trabajo y vida diaria". Asimismo, destaca que "todas estas secuelas" repercuten en la vida diaria de sus dos hijos y que "han visto mermada su calidad de vida futura ya que su madre no podrá hacerse cargo de ellos, ni desde el punto de vista económico ni tampoco personal, puesta que es ella la que precisa de ayuda constante para cualquier actividad cotidiana que precise realizar".

Ella ya le había denunciado en 2016 cuando también la cogió por el cuello y su hijo mayor tuvo que salir del domicilio pidiendo ayuda, aunque finalmente la causa quedó en sobreseimiento provisional ante la negativa de la denunciante a relatar lo sucedido ante el juzgado y solicitar el archivo.

Dos años después, el procesado volvió a agarrar por el cuello a su pareja en una discusión en la que ella le pidió que abandonara la casa y en la que se negó a que se llevara la bicicleta que ella estaba pagando.

Fue una vecina la que alertó a la policía de una agresión en un domicilio contiguo en el que residía una joven pareja con sus dos hijos. Cuando llegaron los agentes, detuvieron al marido y a ella la trasladaron para una primera evaluación y asistencia sanitaria.

En un primer momento, el facultativo de guardia le mandó medicación para hacer frente a lo que diagnosticó como un simple cuadro de ansiedad derivado de la pelea con su pareja por lo que tras prescibirle la medición correspondiente, se fue a interponer la correspondiente denuncia. Exteriormente, sólo presentaba algunos rasguños y arañazos, algunos en el cuello.

El mismo domingo, y horas más tarde de haber pasado por el médico, la mujer sufrió un desvanecimiento cuando paseaba con su madre por lo que tuvo que volvió a precisar asistencia sanitaria. Nuevamente, el médico determinó que lo que tenía era un cuadro de ansiedad y la envió a casa.

Al día siguiente la madre constató que su hija no reaccionaba en la cama por lo que avisó nuevamente al médico que ordena su traslado al Hospital de Linares. Es ya en el Hospital donde se deriva a la mujer al Complejo Hospitalario de Jaén y donde queda ingresada en la UCI como consecuencia de un trombo en la cabeza, según confirmaron en su momento fuentes policiales.

Tras llegar al juzgado la información con el cambio del cuadro clínico, se ordenó la detención de este hombre que ha permanecido en prisión preventiva desde el 17 de julio de 2018. El juicio es uno de los que quedó suspendido con la pandemia, pero que se ha reseñalado de forma urgente para el 2 de julio por la Sección Tercera de la Audiencia de Jaén antes de que cumplan los dos años de prisión preventiva y así evitar que el procesado pueda quedar en libertad a la espera del juicio.

PENAS

El Ministerio Fiscal ha calificado los hechos como un delito de maltrato habitual, otro de maltrato y uno de lesiones graves por inutilidad de miembro principal, pérdida de un sentido y grave deformidad. Por todos ellos le reclama al procesado 16 años de prisión, solicitud de penas a la que se ha adherido la acusación particular.

Además, pide la inhabilitación del acusado durante 20 años para la patria potestad, así como 20 años de alejamiento y prohibición de comunicado con la víctima y sus dos hijos.

En lo que respecta a la responsabilidad civil, la Fiscalía le reclama 901.000 euros para la víctima por los daños, secuelas y días de hospitalización, al tiempo que le reclama otros 100.000 euros para los dos hijos por el daño moral.

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