Audiencia impone 17 años de internamiento en un psiquiátrico al varón que mató a su madre en Linares

El acusado hacia la sala de vistas
EUROPA PRESS
Actualizado: lunes, 3 diciembre 2012 14:25

JAÉN, 3 Dic. (EUROPA PRESS) -

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Jaén ha impuesto a J.F.F., el varón acusado de asesinar a su madre y lesionar a su hermano en septiembre de 2011 en el domicilio de Linares (Jaén) adonde convivían, 17 años de internamiento en un centro psiquiátrico penitenciario, según han informado a Europa Press fuentes judiciales.

El jurado encargado de enjuiciar los hechos lo exculpaba este pasado martes, por unanimidad, alegando la eximente de enfermedad mental. Así, el veredicto, que se daba a conocer tras aproximadamente cuatro horas de deliberación, desde que se entregara el objeto a las 9,30 horas del mismo día, precisó que la absolución debe producirse junto a medidas de seguridad. Así, el jurado, compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres, ha planteó el internamiento del acusado en dicho centro, tal y como solicitaba en la vista oral la fiscal.

Asimismo, la Fiscalía modificaba en la segunda y última sesión del juicio sus conclusiones provisionales solicitando 23 años de internamiento en un psiquiátrico para el varón, si bien en sus conclusiones provisionales había pedido 15 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía y la agravante de parentesco así como otros dos años por las lesiones agravadas que el procesado causó a su hermano.

Por su parte, las forenses indicaban en su declaración que el acusado tenía la "plena convicción de que sus padres permitían que lo agredieran sexualmente y creía que su casa era un especie de burdel". "Tenía eso como cierto, no se le podía argumentar". De hecho, "él se siente la víctima de la historia y hablaba mal de su madre".

Así, explicaban que el trastorno delirante persistente e inconmovible, de ideas de perjuicio y sexuales" que padece es "lento y paulatino en su desarrollo". Según indicaban, es una persona que "aparenta ser sana", pero la prueba de que no lo era es que "malinterpretaba conversaciones" que su madre tenía con los demás. Además, días antes de lo acaecido, "el psiquiatra pensó que no se estaba tomando la medicación".

De este modo, las forenses han visto "una relación directa del delito con el delirio que padece". Así, "con ese estado mental es compatible la comisión del delito" y "en el momento de los hechos presentaba un estado agudo su enfermedad". No obstante, "continuaba con el delirio dos meses más tarde, aunque ahora quienes le agredían eran los compañeros de prisión y los funcionarios", estando "alteradas sus capacidades para entender".

Igualmente, han relatado que "sin tratamiento podría realizar un acto delictivo similar", pues su capacidad de "conocer y entender la tiene alterada", si bien la capacidad de "obrar tampoco la tiene bien", es decir, están "gravemente afectadas". Por ello, la fiscal ha considerado completa la eximente que planteó como incompleta.

"MIEDO A SER AGREDIDO"

De su lado, J.F.F. manifestaba en su declaración que sentía "un miedo constante de ser agredido sexualmente por otros hombres", con los que supuestamente su madre "mantenía relaciones" en el domicilio familiar. De este modo, ha reconocido que padece trastornos mentales desde 2002 y que la noche de los hechos estaba "fatal", ha aseverado que "la acuchilló" con un arma que llevaba consigo "siempre" por el mencionado "miedo atroz" que le perseguía, aunque "no con la intención" de matar a su progenitora.

Pensaba, argumentó en su testimonio, que "a las personas que entraban a su casa su madre les decía que hicieran con él lo que quisieran, que le utilizaran como premio". Además, explicó que sus problemas psíquicos vinieron a raíz de que "le extirparan uno de los testículos". Desde entonces, ha seguido un tratamiento psiquiátrico en el Hospital de Linares siendo ingresado dos semanas antes de lo acaecido en el área de Salud Mental del Hospital de Úbeda. Además, relató que tenía en su poder el cuchillo para quitarse él mismo la vida, según "la idea que le había dado una interna en Úbeda".

Al hilo, comentó en la vista que antes de producirse el suceso escuchó "cómo su madre le decía a su padre que si se quería quitar la vida, que se la quitara de una vez y les dejara en paz", toda vez que considera que "estaban hartos de él". Se trata de algo que al procesado "no le hizo mucha gracia", tal y como indicó a la fiscal del caso al preguntarle ésta qué pensó cuando lo escuchó.

"Tuvimos una pequeña discusión, saqué un cuchillo y se lo clavé". "La acuchillé, pero yo en esos momentos estaba fuera de sí". En cambio, aclaró, "en estos momentos no sería capaz de acuchillar a mi madre ni a otra persona". Al respecto, mencionó que tenía la sospecha de que su progenitora "lo automedicaba" echándole pastillas en la comida "para no molestarla y hacer con él lo que quisiera", motivo éste por el que en más de una ocasión se negó a comer.

"UN CHILLIDO"

En cuanto a las lesiones que ocasionó a su hermano, que acudió al lugar tras escuchar "un chillido" de su madre, mencionó que "se abalanzó a él y, sin hablar, lo miró como diciendo, oye tío, a ver qué vas a hacer" y, teniendo cogido el cuchillo "en forma de defensa", lo pinchó. Sin embargo, concretó que "si no se hubiera abalanzado, no sale ni siquiera pinchado". Tras ello, "envolvió el arma en una camiseta blanca y la dejó sobre la mesa del ordenador de su cuarto".

Así las cosas, J.F.F. hizo hincapié en que "ha intentado hasta en tres ocasiones quitarse la vida, no tenía ninguna duda de ello" porque "para él no tiene sentido vivir". "Yo no puedo vivir así", asimilando el hecho de que "tendrá que cumplir condena en la cárcel o en un psiquiátrico". "Me encuentro muy mal", concluyó.