CORDOBA, 18 Abr. (EUROPA PRESS) -
Raúl C.F., de 23 años, que presuntamente apuñaló más de 90 veces y mató a su ex novia, Beatriz García, de 19 años, declaró hoy durante el desarrollo de la vista oral que en el momento de los hechos "oía voces que le insultaban y creía que matar era como una película", pero que "ahora se había dado cuenta de la realidad".
El acusado explicó que en la madrugada del 16 de mayo de 2004 y bajo el puente de Chinales de la capital cordobesa, junto a un parque, donde sucedieron los hechos, "escuchaba ruidos raros del bosque, voces que le insultaban y que decían: mata, que ellos no te conocen", de una escena de una película que anteriormente había visto, pero ahora sabía que "las películas son todo mentira".
Raúl declaró también que en ese momento se sentía solo, cogió el cuchillo "porque yo iba a matar a todo el mundo", pero en ese momento, según apuntó llorando, "no sabía que era Beatriz porque no sabía con quién estaba, veía todo muy oscuro" y empezó a apuñalar a "mucho pelo negro".
Después dijo que salió corriendo, vio alguien detrás de él y "le clavaba el cuchillo a lo que veía moverse". Además, "escuchaba gritos que no sabía de dónde venían", pero no recordó haber cogido el cuchillo para matar a Beatriz, "porque hubiera sido incapaz de matarla", añadiendo luego que "estaba preparado para combatir para enfrentarse a todo el mundo".
Después dijo que se despertó y vio el parque "tal como era, un trailer negro y muchas luces azules y cuando pregunté qué había pasado, me dijeron: "hijo de puta cállate que ya te vas a enterar". Raúl explicó que tenía mucha resaca, sueño y le dolía la cabeza, ya que, según explicó el día del suceso, se había tomado entre las 21.00 y las 1.30 horas dos o tres cervezas y unas cuantas copas de whisky con 'Red Bull' en un botellón que habían hecho horas antes.
Raúl C., que ha estado recluido en la prisión granadina de Albolote desde poco después que ocurrieran los hechos, había mantenido una relación hasta pocos meses antes con la víctima, a la que, tras encontrarla en una discoteca ubicada en el Polígono Industrial de Chinales, le pidió que le acompañase fuera y diera un paseo con él en su coche para charlar, lo cual hizo voluntariamente Beatriz García, pues aún mantenía una buena relación con el que fue su novio.
Una vez en el interior del vehículo y situado éste bajo el citado puente de Chinales, en las cercanías de la discoteca, el procesado dijo que Beatriz empezó a preguntarle por una chica con la que él se había encontrado en el local y al ver que "estaba rara" se enfadó y salió del coche para coger del maletero un jersey para taparse los tatuajes que ella le estaba recriminando.
Después, según la calificación de la acusación particular, comenzó a apuñalar violenta y repetidamente a su ex novia, primero con un cuchillo jamonero y luego también con una catana, armas blancas éstas que llevaba en el maletero de su coche.
Un joven que pasaba por el lugar, tras increpar a Raúl C.F., alertó al 061 sobre la agresión que se estaba produciendo. En el lugar se personaron varias dotaciones de la Policía Nacional y Local y detuvieron al joven, que portaba todavía el cuchillo.
Ante tales hechos, el ministerio fiscal pide que se condene al acusado a una pena de 22 años de prisión, por la presunta comisión de un delito de asesinato, con la concurrencia de ensañamiento y alevosía, mientras que la Junta de Andalucía, que ejerce la acción popular, y la acusación particular piden 25 años y añaden en sus calificaciones las circunstancias agravantes de parentesco, abuso de superioridad, y aprovechamiento de tiempo y lugar.
Por su lado, la defensa pide diez años de cárcel por un delito de homicidio, con las eximentes de trastorno mental transitorio, consumo de alcohol y arrebato.
