BAEZA (JAEN), 17 (EUROPA PRESS)
El Ayuntamiento de Baeza (Jaén) ha iniciado el expediente de declaración de la situación de ruina urbanística de los edificios de la calle San Ildelfonso 13 y 15 contra los que se estrelló un avión militar el pasado mes de septiembre provocando la muerte de una mujer y su bebé, que residían en la vivienda número 11, la más perjudicada.
En un comunicado remitido a Europa Press, el Consistorio baezano informó de que esta misma semana se ha notificado a los propietarios de estas viviendas el trámite legal de audiencia, de manera que una vez transcurrido el periodo de alegaciones, que abarca diez días, el alcalde de la localidad, Javier Calvente, resolverá los expedientes con la declaración, según corresponda, de la situación legal de ruina urbanística. Tras esto, se procederá a dar la orden de demolición de los inmuebles que así lo requieran.
Con respecto al edificio más afectado por el impacto del avión, el ubicado en el número 11 de la citada calle, el Ayuntamiento subrayó que su situación "es diferente", puesto que éste fue declarado "en situación de ruina inminente y con orden de demolición, hecho que no se ha producido hasta el momento", puesto que el juzgado que instruye el caso es el responsable de desprecintar la vivienda una vez concluya la investigación.
Técnicos municipales del Ayuntamiento de Baeza cifraron a principios de octubre en 1.554.124 euros los daños sufridos en diversas viviendas de la calle San Ildefonso de Baeza contra las que impactó el avión militar.
La casa más dañada, la número 11, registra daños valorados en 655.916 euros. Además, los desperfectos producidos en la vivienda ubicada en el número 13 ascienden a 454.779 euros, mientras que la otra edificación afectada, la número 15, se ha tasado en 398.079 euros. En total, por los daños producidos en estas tres viviendas se pide una indemnización de 1.508.772 euros.
LOS HECHOS
Este suceso se remonta al pasado 2 de septiembre de 2005, cuando un avión militar CASA 101 se estrelló contra el tejado del número once de la calle San Ildefonso de Baeza, resultando muertos el piloto de la aeronave, el capitán Francisco José Cabezas, y una mujer de 30 años y su hija de ocho meses que se encontraban en el interior de la vivienda cuando se produjo el impacto.
El ministro de Defensa, José Bono, informó entonces de que el piloto "estaba fuera del sector que se le asignó para entrenamiento" y que, por lo tanto, había llevado a cabo una actuación "contraria al reglamento".
Por su parte, la familia de las dos fallecidas, que presentó denuncia por los "daños personales y materiales", exigió que se identifique a "los responsables que han permitido, autorizado o tolerado que constantemente se sobrepasara el radio de acción del avión siniestrado".
La familia señaló que este incidente se produjo por "una sucesión de incumplimientos", ya que "bajo ningún concepto nadie puede realizar en ninguna población acrobacias o piruetas". "Si tales actuaciones han existido son, cuanto menos, reprochables y deben aparecer todos los responsables reales de este suceso", subrayaron.